Con su primer y único amor planificaba su futuro. El no tenía reparos en reconocer su cortedad y retraimiento para tomar decisiones, luego la seguiría, Ella lo era todo para él.Una tarde el tren de madera la alejo de su vida.

  Pronto fue conocedor de sus progresos. Ella como respuesta solo recibía evasivas. Pasaron meses, pasaron años. Un día llegó a sacar un billete y a hacer con toda meticulosidad su maleta, pero las sempiternas inseguridades  le paralizaron.

  También fue pasando la vida, de vez en cuando recibía sus exitosas noticias. El, viejo y achacoso se había ido a vivir  a una casa para ancianos llevando su maleta tal como la había hecho aquel día, siempre la quiso tener cerca, a menudo  la acariciaba como si se tratase de una hermosa mujer, por ella deslizaba sus ya rugosos dedos con la mayor de las dulzuras.

   El tren  se había convertido en un fugaz pájaro. Una  tarde pidió ayuda para ir a la estación, pero  una vez más lo dejo irse para siempre, nublándose sus ojos viéndolo convertido en un lejano punto.  Sabía que se acercaba el último acto y  tembloroso le dio su definitivo adiós desde el andén.on su

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