Pudo ser el hartazgo de ser señalados, maltratados y vejados .Las burlas de los compañeros, la indiferencia de los adultos También habrían influído la soledad del último año y las incontrolables fiebres de la pubertad.

No supieron bien: no hubo andén que partiera los caminos, pero sí muchas ténues despedidas mudas. Se dejaron de buscar en los recreos, ya no compartían experiencias cotidianas, también dejaron de contarse esas fantasías en las que se vengaban o dejaban todo atrás.

Simplemente continuó cada uno su andanada, caminando por el día y los siguientes y siguientes con el lastre de recuerdos.

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