Observaba sus experiencias desde el andén. Las imágenes surgían veloces y claras resumiendo detalladamente ésta y sus anteriores vidas. Las similitudes entre ellas en mundos paralelos eran evidentes… Carlos comprendió porque había estado “repitiendo curso”. Sus  encarnaciones simultáneas solamente coincidían en el block de notas de su teléfono móvil, donde escribía pequeñas historias en mágicos momentos de inspiración y evasión…

  Durante su infancia, el ego había ganado terreno apartándole de su esencia. En su mente no quedaba lugar para sus fantasías. Pensaba más en los demás que en sí mismo, aunque se equivocaba al esperar reciprocidad. La inseguridad menguaba su felicidad. Se hundía en la arquitectura de una vida conformista. Barajaba sus opciones con demasiada cautela y se acomodaba en las más seguras. Su economía le mantenía falsamente atrapado, alejándole se sus verdaderas aptitudes.

Un día supo ver las señales del universo y su corazón corrigió su destino: Se desconectó de su ser exterior despojándose de máscaras.  Carlos dejó el trabajo que le tenía angustiado y publicó, con éxito, libros basados en las historias de aquel bloc de notas.

  …Desde el andén de ésta vida, una bella Luz le guiaría hacia una nueva encarnación. Con “un sobresaliente”  la viviría plenamente. 

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