El viaje

Ya han pasado más de cuatro horas, la estación es un caos, sólo existe un tema alrededor el tren descarrilado en el barrio de Angrois y yo me pregunto, si al final un hada buena te susurro al oído del peligro de aquel tren. Deseo desesperadamente verte tomando el autobús, para redefinir, para meditar este mes de ausencia en Madrid, de tu búsqueda…
Nadie sabe a dónde ir, a quien preguntar, lo único que nos queda es esperar entre los andenes las respuestas.
En este momento de desilusión y desasosiego, me veo como un espectador y espero que mi corazón me de las respuestas, le pido a él que me guie y que te haya guiado en mi ausencia.De pronto… ¡Te veo!Estas ahí parada, con tu maleta, aquí donde hay encuentros y despedidas, al abrazarte comprendo cuanta suerte he tenido! Me ves a los ojos y con lágrimas en ellos me dices: No pude tomar el tren Llegue tarde como siempre, Mama! Hermosa mía, de ahora en adelante llega cuando tu corazón te diga que hay que llegar, confía plenamente en él, no sólo te ha salvado a ti, sino a mí de tu ausencia.