Pedro analizaba la situación, mirando a través de la ventana, como tantas veces lo había hecho

-Es que, la vista me ayuda a reflexionar, decía respecto al tema.

Fueron muchos los años transcurridos desde aquel proyecto inicial de negocio de restauración, hasta tener abierto y gozando de muy buena salud al “Restaurante El Reducto del Gourrmet- La regla de la cocina”, como rezaba su eslogan.

Se trata de un establecimiento con ribetes de espectacularidad en su decorado, carta de primerísimo nivel, una atención que no le va en zaga y una muy peculiar forma de relacionamiento entre el Chef (para lo que se había estado preparando toda su vida profesional) y el público.

A la fecha de este relato (principios de marzo de 2019), Pedro contaba con 51 años de edad.

Había nacido en el seno de una familia católica hasta la llegada de los hijos, donde los debates sobre la vigencia de los procesos religiosos compartían los primeros sitios en la consideración familiar.

Don Pedro, un poco en broma y otro poco no tan en broma, decía que con Pedrito había llegado la calamidad a América, ya que, como en cadena, se suscitaron hechos de tan infaustos recuerdos, con la toma del poder por parte de las fuerzas armadas, en esta región, Brasil, Argentina, Uruguay.

Lorena, es la compañera de Pedro

-El amor de mi vida, como suele decir, pero no recuerda por si mismo donde y como la conoció. Lo que recuerda siempre es que fue ella quien lo sacó del más profundo estado de depresión que haya podido atravesar y, fundamentalmente sin pedir nada a cambio

Lorena es 11 años más joven que Pedro, pero, tienen muchas cosas en común. Entre ellas a Luna de 12 y Julián de 5 años respectivamente..

– Qué más puedo pedirle a la vida? sentencia Pedro ante todos los comentarios similares de los que Lorena es propietaria.

Siempre se había sentido atraído por la gastronomía. Descubierta la vocación y a sugerencia de mucha gente, tomó la decisión de inscribirse en la Universidad del Trabajo, UTU, en la jerga popular, de cuyas aulas salieron muy buenos chefs que hoy están al frente de expresiones gastronómicas de nivel, en todo el mundo.

Pedro, firme en su deseo de ser uno de los mejores en su profesión, continuaba concurriendo a clases, a cursos y seminarios cortos y, simultáneamente, trabajando en servicios de catering, suplencias etc.

Lo que expresaba no haría nunca, es trabajar o ser propietario de un carrito de chorizos, hamburguesas o panchos.

– La vida (aquella a la que no le podía pedir más), no me puede hacer eso!!!

Jajaja!!!

De esa manera y con el talento que portaba, en relativo poco tiempo, fue escalando con honestidad y trabajo, mucho trabajo y llegó a abrir su primer restaurante.

Se trataba de un local pequeño, ubicado en el barrio Ciudad Vieja de Montevideo, zona financiera por excelencia.

Un representante de ventas de una importante bodega productora de los mejores vinos del país, le trajo una gran noticia: el propietario de un restaurante de larga y prestigiosa trayectoria, quería ceder su establecimiento y retirarse.

La brillante intervención de Lorena, hizo el resto. . .

En Octubre de 2018, abrió sus puertas El Reducto del Gourmet, en su nueva ubicación: Una popular esquina del Barrio Punta de las Carretas, de la “muy fiel y reconquistadora” ciudad de Montevideo.

Rumores de pandemia se esparcieron por todo el mundo, anunciando miles de muertos por día y sugerencias de medidas para controlar lo que parecía el fin de una importante parte de la Humanidad.

A 4 meses y días de inaugurado, el Reducto del Gourmet se enfrentó, por decreto gubernamental a un cese de actividades que, en principio parecía que se prolongaría

por unos meses, hasta vivir la cruda realidad: llegó a los casi dos, si, dos años la citada medida. . .

Ante esta situación Pedro reflexiona:

“Muchos son los emprendimientos que se han visto en la obligación de cerrar sus puertas en cumplimiento a las disposiciones vigentes. Muchas de ellas, no volverán a abrir.

Algunos sobrevivientes no reflejarán en la próxima etapa, las características que lo llevaron al nivel de aceptación que hasta el momento gozaban.

Esa pasión marca estilo, tendencia, nos separa en nuestra visita a un restaurante, de la tragicómica forma de vida a la que, sin darnos cuenta, nos vamos asociando.

Es de suponer que muchos estamos viviendo de esa manera…

Ojalá que el público, acompañara a ese lugar que ya forma parte de sus vidas. Ese lugar preferido que cada vez estaba mejor, que el Chef en persona te consultaba como estaba el plato, que no te daban ganas de irte de lo bien que te atendían. Esa experiencia de la que se es protagonista y que un equipo amante de lo que realiza te hizo posible sentir.

Si alguna de esas personas realizara una llamada, seguro que alguien del equipo contestaría; les daría ánimo, seguro que lo necesitan. Decirles que se espera ansioso el momento de la reapertura. Van a ser palabras que caigan muy bien.”

Pedro lo había pensado mucho.

Las opciones que a su mente le habían llegado, lo que estimaba más oportuno para ese momento, fueron infinitas, hasta encontrar la que consideró su única salida

Se despidió de Lorena con tanta pasión, que quedó un poco asombrada.

– Te sentís bien?-preguntó

– Siii – le dijo él

Salió de la casa y la miró desde la vereda.

Desde la ventana, Lorena lo observaba.

Y bueno, no tenía otra salida. . . Caminó unas cuadras, 6 para ser más exactos y extrajo de sus ropas, lo que para él y su familia, sería el todo o nada en su vida. . .

Se arrimó a la estructura metálica y abrió el carro de chorizos, hamburguesas y panchos comprado con el dinero que pudieron salvar después de la pandemia, mientras pensaba para sí:

”como me la hizo la vida, eh!      Vamos 100 a 1. . .”

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