El Trabajo De Un Poeta

El Trabajo De Un Poeta

El trabajo de un poeta,

es el de un artesano, obrero,

ingeniero y enamorado,

que decide una senda: la poesía.

 

Al principio los versos no llegan al alma,

ordenados y listos para su recolección,

sino que llegan, como una búsqueda,

de algo lindo en un potrero: un desafío.

 

Pero si uno persevera,

cada vez es más fácil encontrar belleza,

descubrirla en el entorno que se impone,

con su presencia.

 

Entonces encuentras flores en el potrero,

gestos maravillosos en la gente;

y si no gusta algo, uno puede,

expresar la voz del poeta desafiante.

  

Y aveces te maravillas la mirada,

en cositas hermosas que no quieres

dejar de mirar por nada.

Pero mencionemos del trabajo del poeta.

  

El poeta siempre fue algo bohemio…

libre, ser extraño difícil de domar,

que persigue a su forma la gloria,

aún enfrente de rey o pueblo.

 

Pero… edita, edita, y edita,

más al principio;

luego de tanto editar,

ya hasta piensa con métrica.

 

Algunos se vistieron de juglares,

para ganar unas monedas,

otros dijeron que los dioses

los inspiraban.

 

Cada uno intentó a su forma.

Yo he intentado de varias,

pero empresas hacen sombras

que dificultan lo comercial.

 

¡Huy la época en que poetas

buscaban congraciarse con la nobleza!

Góngora, Lope de Vega….

Algo de esto aún continúa.

 

Cuando se busca «comprar» letras,

bajo alguna bandera política o ideológica;

y el premio, es al que mejor habla,

lo que viene bien a la propaganda.

 

La vida del poeta siempre fue difícil…

aparte el ego, no es poca cosa,

porque uno es fiel,

a la belleza que ve en sus letras…

 

Intentar en concursos,

hacerse conocido, ¡nada fácil!

Pero así es esto de escribir,

fe, estudiar, y hacerlo hasta el fin.

  

En lo informal, del trabajo de poeta…

están aquellos que mendigan monedas,

y a la caza de premios en efectivo,

¡y cuánto se pueda para seguir con la poesía!

 

Te saludo compañero,

en este, mi arte de escribir,

con la sonoridad de versos,

por disfrute, y bien seguid.

  

El trabajo de un escritor.

Escribo desde el ´94, cada empresa o persona va formando una marca comercial, eso es lo que al final somos cada uno desde el lado económico. Cuando tenía medio millón de visitas por mes en mi web site, ganaba con lo que escribía lo necesario. Pero, a mi trabajo poético y escritos literarios o reflexivos, llegaba aproximadamente un 20% de la audiencia, el resto dependía de que mi sitio estuviera bien posicionado con lo que sea, y de eso es de lo que ganaba, por publicidad que se muestra en las webs. Un 80% de mi audiencia iba a parar a cursos de informática, crucigramas que hacía, comentarios de juegos y varios. Pero más o menos me permitía seguir escribiendo, aunque quizás solo el 0.1% le dedicara atención a mi nombre.

Sin embargo, ni ese medio millón de visitas dando vueltas en mi producto, me generó un buen nombre comercial. ¡El trabajo de un escritor o poeta es arduo! Las publicaciones independientes; solas no se venden, y las empresas que las hacen comercian en primer lugar con el escritor (que compre sus propios libros, pague publicidad para venderlos, comisiones de esto y aquello, etc.), redes sociales, actualmente son otro punto comercial para las empresas; ya que te cobran por publicitarse, y que te lean miles en realidad es poco y nada en lo comercial, aunque genere un gusto. La plataforma de vídeos que todos utilizan y paga algo -luego de uno pagar el derecho de piso-, es la misma historia que se repite de las web´s. Cuando se te posiciona algún vídeo puedes llegar a ganar algo por tal, pero ese vídeo generalmente será de algún tema práctico, que no esté en la multitud de vídeos ya publicados, por ejemplo: «Cómo cobrar mediante transferencia bancaria en Argentina mediante…» ¡Ese vídeo se mostrará! Pero al poema que uno publique, poca atención les prestan: si uno no tiene formado el nombre comercial. Reitero: ¡Gran trabajo el del escritor o poeta!

Entonces, la mayoría terminamos dando vueltas en la informalidad laboral relacionada con la escritura, -en el caso del trabajo del escritor literario / poeta-, quizás se conforma con lo que sea, si uno quiere dedicarse entre seis a más horas por día en Letras, o al menos algo relacionado. 

Esto pasa en muchos ámbitos; por ejemplo, bailo el tango hace siete años, el dar clases y exhibiciones también tiene su costo. Para dar clases / exhibiciones, tienes que tener muchos conocidos, y para tener muchos conocidos tienes que pasar de milonga en milonga -tiempo y costo-, y conocidos mediante, te comienzan a salir oportunidades pésimamente mal pagas, pero oportunidades al fin. Que, si uno se quiere dedicar a tal labor: va sumando en la informalidad e idiosincrasia del trabajador artístico: un nombre y una audiencia que lo sigue, si se mueve bien… 

Opino, el mayor logro que uno puede conseguir en Bellas Artes, es poderse dedicar en exclusiva a lo que le gusta. El segundo, es dedicarse a medias; el tercero, es tener algo de posibilidad… y luego hay un tropel de interesados limitado -«el sector»-, repartido en el ámbito del disfrute, ilusión y consumo. Afortunadamente los que consideramos a la literatura nuestro presente y futuro, nunca nos detenemos. Como ave que no deja de cantar, poeta que no deja de hacer poesía, escritor de amar a las Letras, o como alguien que entrena y hace ejercicios cada día, en carrera por el logro.

 

…Aunque nadie apadrine a un poeta,

aunque parezca un utópico imposible,

que un escritor viva de las Letras,

Es posible para el que persevere.

 

Y la práctica va formando,

la fuerza interna se va templando.

La experiencia se suma,

en el que la va abrazando. 

 

La voz, la melodía, mejoran.

Las columnas se van generando,

y el trabajo del poeta asoma:

cuando trabajando se abre paso.

  

¡Escritor! Abrirte camino,

nunca te detengas.

Concentrado en el objetivo,

puedes lograrlo.

J.R.C

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