El ataúd yacía al final de un pasillo determinado por candelabros funerarios. Diferentes personajes, entre familiares, empleados y socios se iban acercando, alternando los turnos de manera solemne y alturada. Los murmullos que emitían los asistentes una vez que se encontraban frente al occiso eran inaudibles para el resto, resultaba ser un pequeño monólogo de despedida muy privado… muy reservado.
Púdrete basura…
Ojalá pudiera mearte encima…
La próxima semana visitaré al conductor ebrio que te atropelló, pienso llevarle víveres, conseguirle un buen abogado y sacarlo de prisión para invitarle unas buenas cervezas…
Si te escupo en la cara ¿alguien lo notará?…
Aquellas eran algunas de las frases que retumbaban dentro de esos oídos muertos y amarillentos.
-¿Dónde estoy?
-Está usted en el purgatorio señor Zamudio.
-¿Y por qué estoy en frente de tremendo ordenador?
-Aquí, o mejor dicho; «En esta etapa» todos trabajamos, todos tenemos una labor. Su labor será muy especial, muy importante.
-No me hables como si fuera un idiota ¿okey? ya estoy muerto, ¿qué puede ser tan importante ahora? Dime más bien que mientras ven qué hacer conmigo me mantendrás ocupado haciendo cojudeces frente a esta cosa.
-Señor Zamudio, lo que deberá hacer en esta «cosa» será orientar el destino de las diferentes almas que estén prontas a nacer en La Tierra.
-¿Esa no es tarea de Dios? ¿Me lo van a achacar a mí? ¿Habrá paga no?
-Mi labor es indicarle lo que debe hacer, no explicarle cómo funcionan las cosas aquí.
-Vaya manera de tratar a un recién llegado ¿eh? si todos son así de carismáticos como usted ya veo porqué las cosas en el Mundo están así.
Con evidente abrumo, el supervisor del Purgatorio se colocó frente a la pantalla del ordenador, al costado de Emiliano Zamudio, quien estando vivo tenía el apelativo de «Zamudio el insoportable».
-Vea, en este recuadro se indica las cualidades más trascendentales del alma a encarnar, en este otro se muestra las condiciones de la ciudad, pueblo o aldea donde considere usted que esta persona deba nacer, y aquí aparecen las características más elementales del núcleo familiar que está presto a recibir un nuevo integrante ¿ve? para cada alma aparecen las posibles alternativas según la búsqueda que realice en el recuadro de aquí, ¿alguna duda?
-¿Si la cago?
-No se preocupe, cuando haya concluido de determinar las opciones presione «preview» y aparecerá usted junto al alma seleccionada ya de adulto, en un mundo simulado y podrá decidir si esa persona es feliz, desdichada, aporta a la raza humana, corre demasiados riesgos…etc. Igualmente, luego de esta especie de «viaje psíquico» que realizará, usted volverá a este escritorio, y este foco de aquí se encenderá. Si el color de la luz es verde, aunque usted no haya quedado del todo satisfecho con el resultado, puede, si es que lo desea, enviar a nuestra alma seleccionada a La Tierra, esto es por una cuestión de equilibrio y balance, es obvio que no todos tendremos una vida perfecta. Para enviar el alma a La Tierra debe presionar el botón de EJECUCIÓN.
-Bueno, voy a admitir que este trabajo parece ser algo divertido, pero es que ustedes lo promocionan mal desde un inicio, es decir, lo primero que vi después de morir fue tu cara de idiota ladrándome órdenes, a cualquiera lo aturde una situación así. Este «mundo simulado» vendría a ser como la película The Matrix o algo así ¿me equivoco?
-En absoluto señor Zamudio, es algo parecido.
-¿Y qué sucede entonces si la luz que emitiera este foco tuviera otro color que no sea verde?
-Si el foco se ilumina con el color rojo no debe enviar por nada del mundo a esa pobre alma a encarnarse, debe repetir el trabajo.
-¿Y si vuelve a salir rojo?
-Volverá a repetirlo hasta que salga verde, aunque tenga que repetir la operación mil veces.
-¿Sabes qué «sabelotodo»? Cambié de opinión nuevamente, no quiero realizar esta tarea. Dejemos actuar al libre albedrío al momento de colocar a estos pobres bastardos en La Tierra. ¿Para qué tanto teatro? Yo terminé mis días por culpa de un conductor ebrio, el pobre diablo que digitó los comandos en este ordenador para encarnarme a mí trabajó por gusto ya que me aniquilaron en la plenitud de mi vida.
-Si no realiza la tarea encomendada, pues vagará eternamente en el Purgatorio, es su decisión.
El supervisor dio media vuelta y se fue.
Luego de meditarlo unos instantes, Emiliano se puso manos a la obra con enorme disgusto.
-Veamosssss…. Consecuente… Hogareño… Introvertido… Buen muchacho ¿eh? pues si yo voy a tener un laburo estúpido por tu culpa, te voy a chingar un poquito la vida…
Deslizaba la palma de su mano sobre una esfera situada a su izquierda, la cual hacía pasear un cursor a lo largo de la pantalla.
-Hummmm… Qué tenemos aquí… no te gusta salir de casa ¿eh? pues te enviaré lo más cerca que pueda al Valle de la Muerte en California, con ese calor infernal no podrás ingresar a ningún cubil hasta que anochezca. Pero deberá ser en una ciudad que tenga suburbios, un buen bullying escolar te aliviará esa timidez jajaja Y te buscaré una familia disfuncional que melle esa determinación en tu carácter hasta convertirla en la más expresiva y patética resignación. Ya está, a verrrrr… ¡oh sí! La familia de inmigrantes franceses, los Dubois, le han encargado a la cigueña uno de estos retoños para incrementar su clan en un barrio en las afueras de Las Vegas. ¿Qué dices pequeño Dubois? ¿Te gustaría trabajar limpiando los excusados en los Casinos? Bueno, a seleccionar las alternativas y te mandaremos directamente a La Tierra, mi propuesta para ti es una obra de arte así que no será necesario ningún «preview», y las lucecitas verdes y rojas se las podrá meter ese supervisor donde mejor le parezcan.
Emiliano Zamudio apretó el botón de EJECUCIÓN.
-¡Bon voyage mon petit ami!
Luego de pronunciar esta última frase, «Zamudio el insoportable» se evaporó del asiento. Su jornada había terminado. Por sexagésima vez había escogido su propio destino.
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