Sale el sol como un castigo divino… pero reflexionó, y me doy cuenta que más bien es una esclavitud de un hombre, de carne y hueso al igual que yo. La diferencia esta que yo debo trabajar para él. Y el, trabaja para el… !Que vago es mi jefe!
Al tomar mi café religiosamente, escucho el noticiero hablar del capitalismo ¡Son plagas en la sociedad! – mientras preparó mi desayuno y recaigo…que ya estoy trabajando… pero esta vez no es para él capitalismo sino para mi estómago… Uff que alivio.
Llego al trabajo puntual, como la muerte. Todos están vestidos formales como bellas rosas en una botánica, mostrando sus elegantes males humores como trajes… y sus miradas profetizan sus destinos- con más Deudas que Amor.
¿Y yo?
En una oficina donde el sol se olvidó de mi, el cafe salió a correr una maratón y el mal humor de mis compañeros hacen que el trabajo sea la perdición de tiempo más costoso de mi vida.
¡Salud!
Eros.
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