MUERTE DE UN CORAZON

El amor, la vida y la muerte, algo que tenemos de alguna manera u otra en nuestro presente, pero que delirio es cuando estás dejan de importar, cuando el amor no se siente, cuando la vida duele, y cuando la muerte ya no importa, un alma seca en vida, un corazón que ha muerto,

Cuando el sol aun no sale del horizonte, cuando la luna aun acompaña a las almas se que disponen a ir a su trabajo, siendo su única compañía, aquellos corazones que se reconocen a si mismos en el dolor y en las caras de angustia que ven al subir al camión, un dolor que conocemos en carne propia, el dolor de vivir una vida que jamas deseamos tener. Los minutos pasan, se hace tarde para el trabajo, el del pecero arranca porque a el igual se le hizo tarde, sin ni si quiera preocuparse por la seguridad de los pasajeros. Por azares del destino, la vida nos ha regalado un momento mas de suerte en el que hemos llegado a tiempo a la oficina. Mientras llego, saludo con hipocresía a quien se me acerca, y es que en el fondo me duele, ver gente, observarla y sentirme miserable por ser infeliz, haciendo algo que en ellos causa alegría, me siento incompetente para esta vida, Las horas van pasando, casi sin dar pista de su presencia, se esconden en el papel de las copiadoras, y se arrastra en las manecillas de un reloj de pares, un  miserable minuto, que puede tardar horas o segundos. 

El trabajo inicio hace un rato, he llenado algunos formatos, he contestado algunos correos, se acerca alguien a mi cubículo y me dice que la hora de comer ha llegado, tomo mi saco, camino al baño y me encierro en un escusado para sentarme en completo silencio, un dolor, un nudo en la garganta que quiebra en un llanto silencioso, soy testigo y prisionera de las decisiones que tome, de no vivir la vida que tanto soñaba, me siento de esa manera, si no lo hago no como, no pago la renta, pero, que mas da, que podría ser peor, que sufrir ante ti mismo en vida, sabiendo que no hay mucho que hacer,¿No seria un descanso?, porque carajos tengo que seguir viviendo así, la verdad es que no lo sé. Es hora de regresar a trabajar. El tiempo pasa y es hora de ir a casa, me sentí como una maquina. ni siquiera recuerdo que hice en aquellas horas que pasaron. salgo por la calle, veo y la lluvia ha decidido caer del cielo contra la tierra, espero el transporte publico, y me dirijo a casa. En todo aquel camino bastante largo, me inunda el sentimiento habitual que en el fondo, todo esto no esta tan mal, podría estar peor, pero sabia que era algo que me decía para sentirme menos miserable. Llegue a una parada, me baje, pase a un supermercado, compre algo de comida, y me fui a mi casa. Al llegar me tire en el piso de la entrada, sin fuerzas suficientes para subirme al sillón. llore y llore, cerré mis ojos y dormí, jamas llego un nuevo día.