VIS A VIS CON TU CONCIENCIA

VIS A VIS CON TU CONCIENCIA

ABF

24/04/2019

Otra vez vi la mirada muerta de aquellos padres, pidiendo que les devolviesen el cadáver de su hija para enterrarla, y que descansara en paz.

Por un vacío legal de la justicia, el único responsable iba a salir en libertad en unos pocos días.

Nada más se podía hacer. Aquel demonio apodado “cara de ángel” cumpliría los 18 años. Volvería a estar en la calle como si nada hubiera pasado.

Acababa de licenciarme por entonces como guardia civil. Aquellos primeros días en la central eran tranquilos hasta que llegó aquella llamada. Mi superior pidió que le hiciéramos de escolta otro compañero y yo a su salida de la cárcel.

Los padres de la niña pedían a todo el mundo no hacer uso de la violencia, pero a mi decía que la mirada de esos padres reflejaba todo lo contrario.

Aquella mañana estaba sumida completamente en la oscuridad.

Nos presentaron al alcaide y nos llevo al módulo donde lo tenían separado del resto.

La aptitud de aquel niño rozaba la chulería y seguridad en sí mismo – Abrir esta apestosa celda que tengo muchas cosas que hacer esta mañana – a lo que el Alcaide le respondió –Date la vuelta para que te puedan poner las esposas –

– Señor Alcaide, de recuerdos a su querida esposa y a esa niñita tan apetecible – Leí los pensamientos del Alcaide con solo mirarle – Hijo de puta, algún día pagaras por tus pecados –

Mi compañero le puso las esposas y lo sacamos fuera por una puerta trasera de aquel módulo.

Montamos los tres en el coche de paisano, dispuestos a llevarlo hasta la comisaría más próxima, para firmar los últimos cuestionarios, antes de ponerlo en libertad.

Mi compañero me pidió ir atrás con el detenido. No puse ninguna objeción porque, aunque el reglamento lo prohíbe, pues de este modo iría mejor vigilado.

Entonces cara de ángel empezó su espectáculo – ¿Alguno de los dos tiene hijas? Me gustaría ver alguna foto para pensar esta noche en alguna de ellas –

Mi compañero habló por primera vez con el detenido – No tenemos hijas. Una lástima para ti. Pero lo que si tengo es una foto de la última chica a la que asesinaste. ¿Te acuerdas? –

Cara de ángel miro fijamente la foto – No sé quién es – Mi compañero puso la foto entre medias– Pues ella dice que si que la conoces. La conoces tan bien que incluso la asesinaste –

El detenido se mofaba – Si este es vuestro juego para hacerme hablar no funcionará. Soy inocente y así lo declaro el juez –

Yo no sabía a que estaba jugando mi compañero, pero él siguió con su plan – ¿Inocente? Ella no piensa lo mismo. No tuviste ninguna imaginación metiéndola en aquel horno crematorio –

Cara de ángel se sorprendió tanto de ese comentario que agacho la cabeza.

Mi compañero señalo con el dedo el asiento de en medias de los dos – Está sentada justo entre tú y yo, y su mirada no es de estar muy viva que digamos –

El sospechoso empezó a reírse de una forma muy escandalosa – Es muy gracioso todo esto ¿Dónde está la cámara? Por favor no me hagan perder el tiempo y suéltenme de una vez –

Mi compañero me miro por el espejo del coche – Pon rumbo al pantano del dragón. Allí quiere ella que nos dirijamos –

Al oír la dirección, cara de ángel trago saliva, empezó a tener un raro tembleque en uno de sus pies y se puso a mirar por la ventana.

Al llegar al pantano, mi compañero me dio instrucciones muy claras del lugar donde dejar el coche – ¿Así que fue aquí donde la mataste? ¿Hay algo que nos quieras contar antes de dejarte a solas con ella? –

Cara de ángel empezó a tener el tembleque en ambos pies – ¿A qué demonios están jugando ustedes dos? ¿Quieren quitarme de en medio aquí mismo? Pagaran muy caro si lo hacen –

Tuve que intervenir – ¿Qué está ocurriendo aquí? – Mi compañero respondió muy convincente – Salgamos del coche y dejémosles unos minutos a solas. Seguro que tienen muchas cosas que contarse –

Viendo lo tensa que estaba la situación bajamos los dos del coche. Nos alejamos unos metros y nada ocurría. Nos alejamos un poco más y al girarme para ver qué pasaba, cara de ángel nos miraba a través de la luna trasera dedicándonos su mejor sonrisa.

Al cabo de unos minutos dejo de mirarnos. Su cabeza giró como si acabase de ver algo dentro del coche. Golpeaba la puerta una y otra vez con todas sus fuerzas para intentar escapar.

Nos dirigimos todo lo deprisa que pudimos hacia el coche, pero al abrir la puerta era demasiado tarde. Cara de ángel había dejado de golpear, estaba sentado con los ojos en blanco.

En el hospital poco pudieron hacer por él, había quedado completamente vegetal sin encontrar el motivo.

Nunca creyeron la versión que di de aquel día y mi compañero sufría amnesia temporal de todos aquellos sucesos. No se acordaba de nada que hiciera o dijera. A veces pensábamos que todo aquello fue un sueño, y a la vez una pesadilla que no tendría fin para cara de ángel.

Supongo que la gente que quería verle muerto quedó satisfecha con aquella condena de por vida.

Finalmente aprovechando la investigación paralela de lo que aconteció aquel día en ese lago, se descubrió que allí verdaderamente fue donde se cometió el asesinato. Se encontraron nuevas pruebas que incriminaban a cara de ángel y una tarjeta de una funeraria. Allí tenía un cómplice que fue quien le ayudo a quemar el cuerpo en un horno crematorio.

Fue el caso que me marco por el resto de mi carrera en el cuerpo. Algo o alguien impartió justicia aquel día y nos utilizaron para ello. Solo puedo decir que donde quiera que este esa niña, ahora si descanse en paz.

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