Inadecuado

Un poco por un poco de comida,

por un poco de pudor,

por gentil,

y por civilidad,

por esos pocos algos acostumbrados al empleo: intangible de trabajo;

en papeles que, a doble faz, guardan los retos…

Y distinguen lugares,

y personas

y movimientos

y sus asombros

y sus honores.

Pero el trabajador se reconoce tangible

en el hábito de hacer que algo cuantificable pase.

Se sabe y se disimula,

como un reloj que insatisfecho de alarmas

sigue tictando;

en el descanso de las tantas horas cóncavas

que le convexan el tiempo.

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