Ser chofer de un transporte público es como comer tomates verdes, siempre sabe diferente, acompañen un gazpacho o una marinera. No es igual ir de Chachopo a Apartaderos que de Miraflores a Barranco. O conducir una combi, un pesero, una guagua o un yutón. En todos los casos es muy estresante, por lo que me dejé de eso y ahora soy colector,tengo mínima responsabilidad y máximo tiempo para ver el paisaje y a las mujeres de lejos y hasta el roce. Palpando minuto a minuto el animo colectivo. Por lo que esta mañana sentí ,inmediatamente, como varió la tensión del ambiente, pero fue la voz agitada del muchacho lo que me orientó: Dame el teléfono -gritó- mientras apuntaba con el arma la cara del imberbe que extendió su mano con el móvil, pero antes de entregarlo hizo un rápido gesto y lo lanzó al fondo del colectivo abarrotado. El alarido colectivo estalló cuando el maleante golpeó con la cacha la frente del insensato y huyó.
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