Los mejores años

Ha dedicado los mejores años de su vida a ejercer su vocación como periodista, y no se arrepiente de ello.

Aunque a veces piensa que, quizás si hubiera tenido la oportunidad de hacerlo, le habría gustado ser «corresponsal de guerra», la tarea que en su día le impulsó a elegir su futura profesión.

Pero la vida escribe con renglones torcidos, y hay que adaptarse a lo que te toca. Por ello, en vez de esa faceta de relumbrón, le tocó trabajar en el área de Documentación, donde la labor es mucho más callada y desconocida. En ese departamento sabe que jamás tendrá la oportunidad de destacar.

Y hoy, a pesar de permanecer durante 24 años atada a la mesa de la oficina, la periodista no se arrepiente de su tarea discreta. Y aunque no ha logrado cubrir los conflictos internacionales, como había soñado en su adolescencia, sabe que ha sido mucho más afortunada que muchos de sus compañeros.

Algunos de los periodistas que ella conoce jamás han tenido la posibilidad de ejercer la profesión para la que se formaron durante esos densos y largos cinco años de su vida.

De aquellos pocos compañeros a quienes ha seguido la pista sabe que alguno ha acabado siendo funcionario de prisión, él, que siempre tenía la palabra libertad en la boca. Otros, que no han tenido más remedio que trabajar de camareros o dependientes para ganarse la vida, jamás han llegado a pisar una redacción y han tenido que dejar enterrados sus sueños en lo más profundo del olvido.

Por eso, cuando alguien le pregunta: ¿A qué te dedicas? – ella contesta con orgullo- : «Soy periodista». Aunque sabe que eso significa que luego tendrá que aclarar: «No, yo no salgo en la tele» o que deberá explicar aquello de : » Trabajo en Documentación».

Tiene muy claro que su labor es la de apoyar a sus compañeros de Nacional, Internacional, Economía o Deportes, y sabe que cuando les ofrece las biografías de personalidades destacadas, resúmenes de prensa o las fichas documentales sobre ciertos temas, de alguna manera ella se está conectando a la actualidad informativa.

Por ello, a pesar de que su labor es discreta, silenciosa e ignorada, sabe que resulta útil, y así en cierto modo, se siente satisfecha.