«Ayes descubrí que me has estado engañando. Estaba sentado en la taza del water. Me había levantado sin hacer ruido para no despertarte. Tú habías venido tardísimo, lo menos a las cinco de la mañana, de una cena que tenías con no sé cuáles amigas. Cuando tú sales nunca consigo dormirme del todo, de modo que, cuando llegas, siempre te oigo. Haces mucho ruido, haces ruido con todo, con la puerta de la calle, con la puerta del baño, con los grifos, con el armario del otro cuarto. Pienso que lo haces adrede para fastidiarme. Antes de que entres en el dormitorio, enciendo la luz, miro el reloj, vuelvo a apagarl la luz y me hago el dormido. Sé perfectamente a qué hora has llegado»
Es mi «comienzo de cabecera». El primer libro que yo me compré con dieciséis años y la primera historia sobre adulterio que leí.
El título inocente e infantil, confunde.La primera frase te engancha. Todos somos morbosos, cotillas y…¿Quién puede resistirse a acompañar al pobre Mateo en su desdicha?(Sentado en un water) .Un buen comienzo crea hábito y abre camino, en este caso te monta en una montaña rusa.
Es un comienzo irónico, también amargo, con una carga psicológica ya fuerte. Mateo sabe todo de ella y de su engaño. Luego lo despiezará minuciosamente hasta hacernos casi odiar a la esposa.
Es la historia de una mujer escrita magistralmente por un hombre.
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