Villa Quasimodo, 18-03-22

Querida Agueda:

No quedó otra alternativa que esta de escribirme a mi mismo para suplicarte perdón, pues conociendo tus habitos, utilizarás tu cargo de cartera postal para curiosear la correspondencia ajena de la misma forma que hasta ahora has buceado en la vida de toda persona radicada en tu ambito. 

Reconozco mis errores contigo, mi poca disposición a escuchar tus criticas encendidas sobre el vecindario y tus juicios proximos a tribunal insquisitorial. Permitiré incomodas guardias en la ventana, curiosear las entradas y salidas de la vecina protagonista de tantos reproches. Prometo no quejarme si utilizas los prismáticos para ampliar tus jornadas de seguimiento … en todo aquello que me solicites claudico, con tal de no perderte.

Así aprovecho el absoluto convencimiento de ser leido por ti ( recurrí a una tarjeta postal ) para retirar mi consideración de » chismosa y criticona » origen de tu enfado.

Tu más devoto admirador, enamorado sin recurso. A tus pies.

                                                                                 Jenofonte García.

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