Las rosas de mamà

Verdún, Francia

15/02/1916

Para:

Familia Müller

Velten, Alemania

Padres, les escribo estas ultimas palabras ya que eh sido herido en batalla. Perdí las dos piernas, tres dedos de la mano izquierda y mi ojo derecho. Pero eso no seria nada; tengo un golpe muy severo en la cabeza que hace presión en mi cerebro sangro mucho por la nariz no creo llegue a ver el amanecer. Seguramente, cuando reciban estas palabras yo ya este muerto. A veces, desde mi trinchera miraba el cielo, cuando no nos estaban atacando o no nos estábamos muriendo de frio y hambre. Pensaba el destino lo forjan unos viejos gordos detrás de unos escritorios que se odian por codicia y poder, a través de la manipulación instan a los pueblos a matarse sin ningún motivo ni razón. Luego, esos mismos viejos gordos se dan la mano un beso firman un pacto y aquí no pasó nada. Pero, recuerden padres cada vez que caminen por un campo de batalla olvidado estarán caminando sobre los cadáveres de inocentes convertidos en asesinos. Ahora siento el olor a las rosas de mamá y veo el camino a casa me despido de ustedes es la hora.

Alejandro, su hijo