Recuerdos:

He empezado con la mudanza. Tengo tanto que dejar. Me llevo muebles, ropa y otras naderías, pero la empresa de mudanzas se niega a embalar mis querencias. No puedo llevarme el olor a arepa tostada, ni el sabor a maíz de una cachapa recién hecha. El ruido de la lluvia cuando acaricia nuestro araguaney ¿Te acuerdas? El que sembró papá para que diera sombra al portal. El rechinar de las garras de las guacamayas cuando se yerguen en la barandilla del jardín. El hechicero verde de las palmeras del patio. Los buñuelos de yuca de la señora María, ni su: “mija aquí le traigo pa que los pruebe”. Me voy sin querer y sin saber realmente cuánto tardaré en irme. Me iré poco a poco, me tomará años juntarme de nuevo ¿Qué crees que se vaya primero? ¿Mi nariz? ¿Mi boca? ¿Mis ojos? ¿Mis oídos? Lo último en irse será mi nariz, seguro. Intenta quedarse y no sé cómo seducirla. ¡Gotea con el olor de nuestra tierra mojada y con el plátano frito!

Guarda esta postal. Mis ojos la necesitarán cuando lleguen. Por ahora, avisa a mamá que llegaré sin nariz.

El tacto.

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