Gracias Momotombo, por dibujar con el fuego de tu pincel un rostro de esperanza. Gracias por el poema entre las nubes y por recordarnos con tu coqueto paisaje, que existe un poder sobre la tierra que quita a los tiranos, reyes y dictadores.
Gracias por ese sonido entre silbidos y trinos, gracias por recordarnos la canción celestial de que todo lo que se ata en la tierra quedará atado en el cielo.
Ruge momotombo con tu ronquido de justicia. Por aquello mártires que dejaron una semilla de esperanza y que hoy brota en tus verdes vestiduras. Una pequeña semilla de sacrificio que se convirtió en un poste de amarre donde atamos nuestras esperanzas. Tenemos fe porque Dios está con nosotros.
Tu vegetación germina día a día con el lago que formaron las lágrimas de las madres que aún lloran por sus hijos. Lágrimas de agua dulce, porque todo muerto y desaparecido fue por la heroica causa que demanda libertad.
Viva Nicaragua Libre y que se rinda tu madre!
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