Postales del futuro

Pensando en que le diría a mi yo de hace treinta años, he decidido escribirlo y hacérselo llegar. Acto seguido, he escrito un whatsapp.

Lo que ha ocurrido es que a un móvil antiguo ha llegado un SMS. No contesta. Lo reenvía a un busca que emite varios pitidos. Alguien llama al número que aparece en el display desde una cabina telefónica. Al otro lado de la línea reciben un telegrama. STOP. Un burócrata lo imprime y lo envía por correo certificado. Un cartero entrega en una oficina una postal y un recepcionista absurdo la mete en un cilindro y la envía por un sistema de tuberías neumáticas Lansom. A  unos kilómetros, en un pequeño almacén de mecheros bunsen, un mozo de carga saca el papel del cilindro y lo ata a una paloma mensajera que vuela a un pequeño pueblo. La recoge un agricultor, la lanza a una hoguera y hace señales de humo que veo desde la ventana de mi habitación de adolescente. Todas la señales de humo tienen forma de unos y ceros.

NOTA: Tal vez y solo tal vez, el mensaje enviado (salvo error de codificación), es este: