Y tuve un sueño, que muchos sueñan pero pocos cumplen. Me vi vieja, llena de canas y con arrugas en mi cara pero con una gran sonrisa en mi rostro por haber conseguido lo que muchos sueñan y pocos alcanza; lo que muchos desean pero por lo que pocos luchan. Encontré tranquilidad y calma en el roce del viento, libertad en el canto de las aves y serenidad al ver caer las hojas de los arboles cuando el invierno llega y se preparan para la primavera.

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