La muerte fría y despiadada. Ojos azules recorren en un día de amor, festines y celebraciones y un desgarrador corazón forjado a la desgracia.

Mil limitaciones encierran tu silla de fuerzo. Andabas de climas, cambiabas como un hechizo flotante.

Muerte viviente y sin opera del retiro. Crucificadas las desgracias en un corazón tan abatido. Cenizas recorren el mundo y por ahí yo aún sigo aquí. Celeste al mar, hielo, agua, aire, destino.


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