Y hoy también mi reloj se detuvo a la misma hora. La habitación se llena de saludos, la ilusión perfuma la estancia. El batir de las hojas inicia la danza. Algarabía de ideas prendidas en papel.
Expectantes oyentes, modestos narradores… Intercambio de papeles… Humildes espectadores, ilusionados relatores.
Enredados en voces y emociones, en vocablos y pausas que vibran, en dudas y pareceres que agitan. Trazos de tinta roja nos guían con maestría, del punto a la coma…Y el reloj reinicia su marcha.
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