Es un espacio para escribir y dar a conocer el propio ojo interior sobre las cosas y las personas, sus amores, desamparos, crear historias.
Un lugar para los silencios que ayudan a la reflexión. Tiene guía, un faro democrático, y a mi parecer, tiene esos puntos sutiles de contacto con el hábitat del análisis, ese espacio privilegiado donde el interior se muestra con palabras, con silencios, emociones, donde hay cabida para ser, para sentir, para la respiración profunda, el alivio, los suspiros.
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