Monica es una madre adolescente que tiene a su cuidado a 2 niños, sola y desamparada ha quedado en las calles de la cuidad, pidiendo de la multitud un poco de atención y de sus hijos más lagrimas para alcanzar un poco de comida. Un hombre paso por allí y dándole un trozo de pan, le dio una tarjeta de un convento y al volver la cabeza hacia él, la caricia del viento hizo de aquel hombre un recuerdo. Acudió al mencionado convento, donde la recibieron y allí comprendió todo lo que le debió a Dios.

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