Cuando de súbito Javier se levanta y se retira del auditorio donde tiene lugar el taller de relato breve al que asiste, ninguno de los presentes imagina que la foto que acaba de ver y que luce colgada sobre una de las paredes, a él le recordó aquella tarde infausta de lluvia en la que se despidió de Isabel por última vez, poco antes de que ella emprendiera un viaje cuyos velados motivos solo ellos sabían y del que no regresaría jamás.

Aunque afuera llueve, él se aleja raudo, sin paraguas.

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