Es el ejercico de escribir y redactar, el arte de alimentar nuestro ego, no con pan si no con letras cogidas del aire para elevar nuestra mente y espíritu. ¿ pueden las letras tener vida? No lo creo pero sin duda alguna me dan vida, más vidas que un gato. Más que un taller, es la obsesividad de llevar la contraria a los que piensan que de poeta se muere de hambre, y pues la verdad es que no, las palabras son el aliento, el cielo y el infierno, mi antes y después todo en el papel y el tintero.

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