Luego de discutir con mi hijo decidí abandonarlo, mi tarea como padre había concluido, tras la discusión solo vendría la cuesta abajo de una relación sujeta a revanchas; Tomé mi mochila, tres mudas de vestir, mi brújula y a empezar de cero. Me sentí mejor alcanzando la calle, dejando atrás el barrio que por veintidós años nos albergó, para volver a cero como cuando dejé a mis padres, como cuando hoy dejo a mi hijo, volver a cero con canas y dolores, ya no importa, vale la pena volver a empezar.
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