Entre ritmo, olores y sabores

Entre ritmo, olores y sabores

Marina Hernandez

10/08/2020

Todos están en la fila, esperando el turno para cancelar. Un perfume evocador llega hasta las fosas nasales de Saúl, penetrando sus recuerdos adormecidos. Una vez más se sintió transportado a aquella noche inolvidable de placer y diversión.

Una música de fondo para amenizar tan hermosa velada. Estaban todos los jóvenes del curso, felices de haber culminado  una etapa importante de sus vidas. Ahí estaba ella, destacándose entre todas por su belleza y carisma sin igual. No tenían mucho tiempo conociéndose, era nueva en el vecindario. La mejor oportunidad se presentó el día de su graduación.

El ritmo de la música les hacia cosquillas en el cuerpo.Todos con sus respectivas parejas. Engalanaban con sus siluetas danzarinas, cuál mejor bailarín de la época, al son de un merengue dominicano. Se podía percibir aquella fragancia exquisita, algo así como un aroma de rosas frescas, que emanaba de su escultural cuerpo sudoroso. Saúl sentía una especial atracción por aquella chica recién conocida. Totalmente extrovertida y con una alegría contagiosa que enamoraba a cualquiera. El se sentía un poco opacado ante ella, Aunque siempre fue el mejor de la clase, el más inteligente quizás, pero algo tímido, poco experimentado en cosas del amor. Hijo único, huérfano de padre, fue criado por una madre sobreprotectora, un poco rígida. 

Luego de bailar por largo rato, tomándole de la mano se dirigen hasta la cocina, donde un exquisito olor a asado negro bañado en una salsa acaramelada, invade el lugar. Aparte, en una inmensa bandeja Cristalina una deliciosa ensalada de gallina. Ambos degustan con placer aquél rico manjar. Una extraña mezcla de sabores y olores que hacían el momento único y especial.

Mientras en la sala, los muchachos bailaban. Aumentando el volumen  a la música, eufóricos, con unas copas demás reían a carcajadas, de manera exagerada.Ya era tarde de la noche.

De pronto, una voz femenina, chillona se dejaba oír, irrumpiendo violentamente en el recinto.

Saúl estupefacto, con la mirada imploraba:- por favor mamá, es mi fiesta, ya no soy un niño. No tuvo argumentos para convencerla de que lo dejara un rato más en la fiesta. 

Avergonzado delante de sus amigos y aquella mujer tan especial, fue llevado a regañadientes por su autoritaria  madre. Apenas tenía 17 años.

A la mañana siguiente, todos comentaban lo que había sucedido esa noche en la fiesta.Varios de sus compañeros fueron hospitalizados de emergencia, intoxicados con una extraña sustancia estupefaciente. La hermosa joven fué llevada a prisión acusada de facilitar las drogas a los inexpertos jóvenes. Nunca más se supo de ella.

De nuevo, luego de 5 años, vuelve a sentir ese aroma exquisito de rosas frescas, que una vez embotó sus sentidos.

Te toca pagar a ti, amor, le dice su novia, sacándolo de sus pensamientos.

 -Cierto amor, me olvidé por un momento. 

Se encontraron sus miradas en un cómplice silencio, justo en la caja registradora.

Estaba igual de bella, un poco más madura si, (le llevaba 5 años de diferencia) pero con aquél perfume impregnado en su piel que nunca pudo olvidar.

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