Historia del más acá.

Historia del más acá.

Caminaba todas las mañanas por ese largo y estrecho callejón de media luz, grafittis en las paredes, nombres de amigos ya extintos en tantas guerras llevadas a cabo en su humilde y peligroso barrio, al terminar el pasillo, bajaba las escaleras dónde estaban concentrados aquellos chicos de apariencia fuerte, sweters con capucha que ocultaban sus rostros aunque el ya los conocía, eran sus mismos compañeros del 6to grado que no siguieron la escuela, ese olor a alcohol mezclado con hierba y tabaco que a tempranas horas de la mañana le causaban náuseas, solo le daba la mano a Robert que era su ex compañero de locker en el colegio y en varias oportunidades jugaron en su casa con la consola de videojuegos aquel juego donde debían asesinar a los de la banda contraria para conseguir Respeto, monedas, autos nuevos y las mejores chicas del barrio.

No se detenía hasta llegar a clases ezequiel era de pocos amigos, algo retraído y callado, al salir de clases hacia el mismo recorrido hasta su casa, ya a medio día los jóvenes de la esquina estaban bajo efectos de sustancias desconocidas para el.

Al entrar al callejón fue interrumpido por un joven unos 10 centímetros más alto que el, era Guillermo de músculos pronunciados y decenas de huecos en su cara gracias al acné que se desarrollaba sin parar en el rostro, lo tomó por el cuello casi que levantandolo, la cara de Ezequiel se mostraba cada segundo más roja, Guillermo le dijo en voz muy alta y amenazante – ¿Te crees muy bravo porque eres amiguito de Robert y pasas por acá como y cuando te da la gana no? –

-yo… yo solo voy a casa, sueltame no puedo respirar-

-Te diré algo.. si vuelves a pasar por acá serán 10$ cada vez que quieras salir completo de aquí, me interesa poco lo que piense Robert esta es mí zona y aquí mando yo tambien- Le quitó las manos de el cuello, Ezequiel respiró como si estuviera regresando a la vida una vez más, tenía los dedos marcados en su pálido cuello.

Una vez llego a casa se encerró en su cuarto, tomó una ducha durmió seguido hasta la noche, despertó con un poco de dolor y algo aturdido por gritos que escuchaba desde la calle. Al asomarse sus padres y vecinos lloraban, mucha gente gritando por todos lados.

Minutos atrás Robert su amigo había sido asesinado por Guillermo en medio de una discusión sobre la disputa de quién iba a controlar el negocio de las drogas y el alcohol en el barrio, Guillermo arremetió varias veces con un arma blanca hacia Robert quitándole la vida casi que en segundos.

Ezequiel no podía creer la escena que veían sus ojos, no se acercó a dónde estaba el cuerpo tapado de quién consideraba su amigo, solo corrió de nuevo hasta su habitación a llorar y de ahí no salió hasta el día siguiente con largas ojeras muestra de no poder conciliar el sueño.

Semana y media después llegando de clases se encontró de nuevo con Guillermo en el mismo sitio, Ezequiel sintió como si algo caliente le rebotaba en la barriga, trato de bajar la cabeza y seguir caminando cuando sintió un empujón fuerte que lo hizo caer y que pegar la cabeza contra las escaleras, rápidamente Guillermo se acercó para patearlo y revisar su mochila, robo su móvil y 18$ que había ahorrado dentro de la billetera, lo siguió golpeando, el joven pudo empujarlo de una patada hacia la pared del estrecho callejón y logró escapar de una veloz carrera, mientras corría, oía como Guillermo le gritaba ardido – Juro que si pasas por aquí una vez más uno de los dos no vivirá para contarlo-

Ezequiel sabía que sus amenazas eran en serio, ya sabía lo que era capaz de hacer, quiso contar a sus padres pero prefirió no hacerlo, esa noche tomo la desición de irse más temprano a clases y llevar un cuchillo puntiagudo que había en casa aunque sabía que la posibilidad de usarlo era remota, no sentía valor para hacer una cosa de esas.

Bajó a eso de las 5:43am al colegio pensando en que iba a ser el primer alumno en llegar ese día al instituto. A penas entro al callejón vio a lo lejos a Guillermo fumando un cigarrillo, apenas aquel joven lo vió soltó una sonrisa irónica y soltó el cigarro. Ezequiel venia casi sin coordinar sus pasos debido a los nervios, de igual manera metió la mano en su bolsillo derecho donde tenía el largo cuchillo y lo apretó muy fuerte, su mandíbula se prensaba y sudaba frío. Guillermo espero que pasara frente de él para tomar una botella de cerveza y hacerla casi polvo en la cabeza de Ezequiel, el niño cayó sangrando por el cráneo, aún consiente logro voltearse y lo vió venir encima de él con lo que quedaba de la punta de la botella, la enterraba en su costado muy rápido y toda su ropa se teñía de sangre, el niño no le quedó más opcion que sacar aquel cuchillo de su bolsillo y enterrarlo completamente en el cuello de Guillermo que apenas sintió el pinchaso que casi le atraviesa completamente la garganta sintió como se empezaba a ahogar con su propia sangre.

Ezequiel agonizaba suavemente pero jamás soltó el cuchillo de el cuello de el otro joven.

Guillermo término encima de él ambos duraron al menos 40 minutos ahí a la deriva muriendo de a poco hasta que una abuela llevaba a su nieto al colegio y vió ambos cuerpos tirados en la entrada aquel callejón que seguía siendo testigo historias cortas entre adolescentes.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS