El susurro de tu viento, a través de la ventana me deja pendiente el quitar la ropa del tendal, hoy es noche de viento sur. Quizá sea por ese encanto de tu bahía, coronada al fondo como una delicada princesa por la corona mas alta que son nuestras montañas, cubiertas en gran parte del año por esa delicada nieve que acaricia el cielo roto que inunda cada centímetro de tu belleza, mi Cantabria.
Aun recuerdo con alegría el día que llegue de vuelta a tu ciudad, regresaba a una ciudad contemporánea, divertida y joven, con sus calles empedradas, sus edificios cargados de historias, sus gentes de hablar cantarina y sobre todo su olor a mar. Dicen que el olor de cada uno es personal y que todos tenemos el nuestro propio, pues yo quiero oler como mi ciudad, con un toque a polvo, un toque de arena y un toque de mar, por que el mar huele a sal y a vida y vida es lo que me espera aquí.
Hace años cuando la crisis comenzó, en secreto y en cada casa se acercaba una época de dureza económica, de inseguridades, de tristeza , de paro, de incertidumbres, de malestar en general , todo lo hermoso se convirtió en una fachada vieja y estropeada, el salir a pasear se convirtió en una prisión para aquellos que como yo recién casada con toda la vida por delante con todos los sueños sin empezar, nos temblaba la mano sin poder sacar la cartera del bolsillo, ya que lo poco que teníamos era para pagar facturas, guardar para el medico o para cualquier imprevisto, nos daba miedo hasta que algún amigo nos llamase para celebrar nada, pues nos iba a suponer una hecatombe ese mes, ya que tendríamos que desquitarnos de muchas cosas para poder hacer frente a ese tipo de gastos.
Mientras tanto en la tele, rescatan bancos, artistas sin nombre ganan concursos, dan premios aquel que baila peor pero es mas famosillo, en fin quizá como si en un cuento de hadas se tratase el mundo estaba un poco al revés. Pero hoy no hemos venido a hablar de esta historia hoy venimos hablar de la importancia que es mi ciudad.
Fue en esta época en la que por trabajo, nos tuvimos que ir fuera de esta, no muy lejos, pero lo suficiente como para no estar en casa, he de decir que encontramos buena gente, aun guardo muy buenos recuerdos de ellos y quizá si estos no hubiera sido tan difícil volver. Cuando creímos que la cosa ya no iba ir peor, ya las noticias de la tele eran todo de luz y color, todo bueno, todo funcionaba correctamente, ya casi nadie se llevaba el dinero que no era suyo para su casa, solo quedan unos pocos…. pero en fin nada podía ir peor que lo pasado. Así que mi marido y yo decidimos ir a por nuestro primer y único hijo, al poco de nacer, tras intentar conciliar el trabajo y ser imposible en este país de ciegos y carteras llenas, me despidieron, un respiro al fin podía cuidar de mi retoño, pero fue entonces cuando el contrato relevo de mi marido se acabo y a la calle se fue el también, de chiste verdad. comenzamos como dos devoradores de empleo a ir de una lado para otro, cogiendo trabajos de un lado para otro, intentando empalmar varios para poder llegar a un jornal digno y que nos permita sobrevivir, las facturas legan una y otra vez. Ahora si , ahora estamos en plena cris, cuando nadie lo ve, cuando el pobre es mas pobre el currante un explotado de sistema, y el vago sigue siendo un mantenido.
De repente un domingo, regresamos a casa, ese olor a mar, a sal, a arenques, a pescado, a lonja … llegamos a casa, planteamos regresar igual o peor que cuando nos fuimos buscando fortuna, pero ahora somos tres, decimos romper la racha, calzarnos unos zapatos nuevos, un chubasquero de esos que no cala ni el sirimiri, y coger el cabo mas gordo para anclar nuestro barco en este puerto. Cargados de esperanza, y de sabiduría y acompañados de nuestras familias, logramos que este barco funcione. y por que ahora vivo en frente de esta bahía, que para mi es mi alma, es mi aire y es mi guía, cada mañana al despertar la miro y le pregunto: Como nos ira el día será un misterio, lo que te garantizo es que cuando salga la luna esta noche yo estaré con vosotras aquí desde mi ventana.
Olor…recuerdo tu fragancia impregnada en mi ser.
BY
Gloria Garcia Roman.
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