Y así andan…por todos lados.
Están ahí, por todos lados:
en transportes públicos, en automóviles,
en bicicleta, caminando,
vagando vacíos, sin alma
muertos por dentro.
Solo se dedican a odiar, a matar,
a criticar, a maldecir.
Sin sueños, sin esperanzas,
andan por doquier, vagando y divagando,
buscando y provocando sin motivo
la energía de sus enemigos.
Son solo almas frustradas,
Que matan con una mirada,
con una palabra,
con una acción hecha de la nada,
Sin razón alguna,
sin previo aviso,
Con o sin consciencia del que vendrá,
Sin remordimiento alguno, solo lo hacen,
“Lo hacen”, porque es lo único que saben hacer,
porque así encuentran consuelo;
y así andan, están por todos lados,
distribuidos por doquier.
A veces, se hacen ver
otras se esconden en apariencias tranquilas.
Se desenvuelven, aparentan, fluctúan
pero al final perpetran su cometido,
En nombre del él, viviendo por él;
Agonizando por él, muriendo con él.
Aquellas que sobreviven,
quieren más
no les alcanza,
vuelven a intentar.
Logran, malogran, consiguen y fallan.
Incluso llegan a camuflarse.
Se ensanchan en un terrestre,
se empachan de fragilidad.
Escondidas, acechadas,
esperando oportunidad para volver a atacar.
Y cuando esta se presenta,
«atacan», para sobrevivir nuevamente,
o morir en el intento.
Crónicas de un hombre herido
Mis ojos miran, pero no hablan
o al menos no los escuchas.
Algún día seré capaz de deslumbrarte,
como lo hacen aquellos que nombras,
no quiero ser sus sombras,
pero moriría por ser tu amante.
Nómbrame, nómbrame , como lo haces con ellos,
y borrarías todo este destello,
Que por dentro presiento,
Como me voy desangrando y muriendo muy lento.
Te he ido buscando,
Aunque parezca casualidad,
No tiene límites mi soledad;
Has quedado presa de mi falsedad.
Falso soy cuando finjo no quererte,
Falso soy cuando hablas de otros y no grito,
Falso soy cuando te miro de más y no lo admito,
Falso soy porque muero por besar tus labios rojos,
Y no me he acercado ni un poquito…
Ya no puedo seguir ocultandolo
ni mucho menos seguir engañandote
así que me despediré:
¡ay! pues me desisto de tí,
tú, que nunca podré tenerte.
Mi pena en tu luna.
Callada y dulce noche
tranquilizas mi alma en pena
penando ando en cuarentena
pensando bajo la luna llena.
Eres fiel reflejo mío
en tí contrasto mi días
¿quiéres ser mi amiga?
gracias, volveré otro día.
Seguiré con mi triste padecer
andando por doquier
tal vez me veas por aquí,
por allá o en el más allá,
pero jamás me buscaras
nuestro encuentro te parecerá
pura casualidad.
En cuando a mí:
yo seguiré tus pasos
seguiré insistiendo, seguiré resistiendo.
Seré como un barco que navega en mar abierto
resistiendo en un gran tormento.
Seré como un camello sediento y muy hambriento
en medio del desierto, rastreando en mis lamentos.
Seré como el tallo de una flor seca y marchita
que espera la próxima estación.
Cuando me vuelvas a ver
yo estaré ahí
ardiendo, hambriento, casi moribundo
pero resistiendo.
Y volveré cada noche
cada invierno o primavera
cada nevada o llovizna
una y otra vez volveré
tal como tú vuelves cada noche.
Aún cuando todavía no me quieras
aún cuando tus oscuridades me opaquen
aún cuando mi alma se desdoble en una lúgubre tristeza
yo seguiré y seguiría hasta el final de mis días.
OPINIONES Y COMENTARIOS