“IN MEMÓRIAN”
“QUE BULLAS!!!”, dijo en un grito ahogado y doloroso, “BRINDO POR TODOS, COMO SEAN”, expresó la TÍA ROSITA, mientras bebía un vino dulce, y sus ojos azul celeste infinitamente claros, fulguraban fosforescentes y enrojecían con las lágrimas que la inundaban ese momento. Momento en que dos sobrinos locamente embriagados la envolvían gritando palabrotas desbocadas sobre Dios, la Vida y el Sexo, que jamás ELLA en su vida había osado mencionar.
Siempre fue, desde el principio hasta el fin al que ya llegaba, tan prudente y calmada como lo fueron su madre y sus hermanas.
Su respeto por Dios fue único en familia, hasta el punto, en que tener un cerebro que generara pensamientos era para ELLA un delito contra el Altísimo. Por ello se pellizcaba constantemente la frente, para espantarlos.
Del confesionario al comulgatorio pasaba con los ojos cerrados, como volando por los aires, para evitar lo que llamaron en su época, “esos malos pensamientos”. Una vez realizado el acto de la eucaristía no volvía a repetirlo hasta no pasar de nuevo por el confesionario.
No sé en qué momento se le pudo atravesar a LA TÍA, “el mal pensamiento” para lograr haberse casado con Jesús, su primo hermano, y mucho menos en que instante de su vida permitió que se le engendrara “un mal pensamiento” al que llamó Gabriel. Pero de lo que si estoy seguro es que fueron los dos únicos malos pensamientos que se le atravesaron en su vida y por lo que debió haber rezado cada segundo que vivió.
Por eso tenía que estar ahogada al brindar por aquellos sobrinos y todos los demás familiares, incluyendo a su hijo ya fallecido, los que por el contrario no permitían que “un buen pensamiento” se atravesara por sus mentes. Fue duro de veras, para ELLA.
Y pienso en la Tía porque se me da por pensar en todo lo que fue bello y ya no lo es, puesto que ELLA murió como algún día, y “el día este lejano”, como dijo Barba-Jacob. Moriremos todos. Y cosa extraña, pero todo lo que ya pasó, y que no son sino meros recuerdos, es lo que me llena de un sentimiento de emoción cuando siento que por UN DIA AZUL la vida infla cada poro de mi cuerpo inclinando más mi alma al deseo y al amor: A LA INSPIRACIÓN.
Y me inspira pensar en su mundo: de la calma, del silencio, de lo mesurado, de las sombras, de evitar todo lo que considerará malo en el deseo, mientras hoy por el contrario nosotros buscamos con afán y con locura la luz, el ruido, el revolcarnos como fieras en los más “malos y perversos pensamientos”. Pero lo de ELLA estuvo pleno de belleza y poesía.
“DIOS del Cielo”, la haya colmado. Se apiade de nosotros por estar entregados a los malos. Sobre todo, cuando en DÍAS AZULES, EL DESEO es mayor, casi doloroso, en que uno desea ver a las personas que ama y acostarse con las que desea.
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