Te puedo buscar en la oscuridad,

Te vuelvo a buscar cada vez que la canción toca su sonar,

¡Oh mariposa de luz!, guíame de nuevo hacia él,

Vuela y correré detrás de ti,

De nuevo, mi desespero nos lleva al mismo abismo del que fuimos participes alguna vez,

No caeré esta vez, pero solo por hoy, llévame al lugar correcto,

A donde su alma se encuentre,

A donde pueda pedir perdón,

A donde escuche de nuevo su voz,

A donde la vida no pese, y el dolor deje de existir,

Llévame a su presencia, y te viviré eternamente agradecida…

Recorro los más oscuros lugares de mi alma

Por donde encuentro lo peor de mi ser

¿Cómo puede ser este el camino que me lleve hacia ti?

Tú, que tu alma era solo bondad

Tú, que solo soñabas con hacer tu violín sonar

Tú, mi más grande maestro de vida,

¿Acaso suena absurdo que alguien así pueda morir?

He perdido como siempre el camino,

De nuevo mariposa me traes a un lugar extraño

Donde mi felicidad se apaga poco a poco

Y solo siento más fuerte su ausencia

¿Es el gris del cielo que proyecta mi dolor?

¿Es el frío del lugar que pide que pare aquí?

¿O es otro de tus caprichos por no mostrarme de nuevo su alma?

¡Oh vida! Solo tú sabes a quien aplicas tu justicia

Solo tú sabes porque existe nuestra mortalidad

Solo tú sabes porque nos haces amar

Para voltearnos a ver que el sufrimiento se encuentra en el amor.

Sigo en este camino tan extraño y familiar para mí,

Mariposa, no te olvides de mi

Déjame ver de nuevo el camino,

Déjame ver de nuevo en esta oscuridad,

Con desespero te ruego,

Devuélvelo a casa, solo 1 vez más,

Y esta vez la vida no fallará,

Esta vez las cosas se harán,

La despedida no dolerá,

Porque aprenderé a amar y a decir adiós,

Aunque mi amor se enganche en él al verlo de nuevo pasar,

Y no deje de doler cuando arranques de nuevo su presencia de mi presente…

Al final del camino, mi mariposa de luz,

Solo me muestras el más dulce recuerdo que dejo a su paso por mi vida:

“El pasto tan verde por el rocío de la mañana,

El dulce sonido del aire meciendo las hojas de los árboles,

Y tú, en aquella banca, esperando mi llegar,

De repente, esa risa tan peculiar vuelve a sonar de tus labios ya dormidos,

Ese consejo que jamás he de olvidar se repite en mi mente,

Tu violín no deja de cantar, tu música jamás se apagará…”

                      Tu recuerdo siempre vivirá en mí, nunca me olvides que yo no lo haré…

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS