Vi un globo irisado resplandeciendo en el aire, frente a mi y sólo pensé en atraparlo, hacerlo mío, sentir su belleza cerca y dentro. Corrí tras él, subí montañas, salté riachuelos, esperé plácida en la llanura a qué descendiera para atraparlo, luego se perdió y marché con denuedo en su búsqueda. Finalmente lo volví a ver y estaba quieto, esperándome, avancé sigilosa para atraparlo, con ansiedad, con alegría espectante y poco a poco me fuí acercando hasta que lo logré. Qué abrazo, qué ilusión, qué plenitud y así ensimismada aflojé mi abrazo y el globo voló con un impulso de la brisa que nos envolvía. Cuando se elevaba por los aires, colorido, resplandeciente, quice volver a tenerlo y eché a andar tras él …..

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