La ley del antifaz

La ley del antifaz

Andrea Elizondo

24/07/2020

Baby Davie usa el antifaz negro

como todo un gesto de cuna

Basura y despojos fueron sus nanas

hasta que alguien lo vio:

“Míra mamá, pobrecito” -dijo ella

Y a los días se cagaba sobre la cama

en mi fiesta de mi cumpleaños

                     …

Los tres felinos que habitaban la casa

bufaron sin remedio por el nuevo

El astuto Light supo rajar a tiempo,

se buscó un vecino solitario

Hombre amanerado que lo adoptó sin remilgos

Hoy, son inseparables

                    …

Swan y Mía fueron la resistencia

La más vieja lo tuvo corto

De entrada le zampó cachetadas de advertencia:

“conmigo no se jode” –repetía sin cesar

Pero fue Swan quien demostró su alto rango

en prácticas zen, se hizo casi invisible

                     …

Rasguñó y mordió mis manos con pasión,

tanto daba si le ofrecían comida

acariciaban o recogían su colmillo de leche

a fuerza de una alegre terquedad taurina

Él siguió en sus sietes. Imperturbable:

artero ejecutor de las leyes de su antifaz

                         …

Habituados a sus mañas “non sanctas”

cada uno a su manera aprendió a vincularse.

En mi caso, aprendí algo más del tal Baby Davie:

mi Diógenes felino me enseña a mordiscones

que la libertad no se negocia, por nada ni nadie

Esa es la ley de su antifaz

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