Cuando salga del resguardo,
seré como la hoja que lleva el viento.
Ocupar los espacios donde hoy no existo,
será la premisa de este encierro.

Llevaré mi sombra a reinventarse,
como las letras dibujadas de un poeta inspirado.
Antepondré mi cuerpo a la luz solar,
para irradiarse en su energía.

Buscarán mis ojos los testigos de mi presencia,
para viajar con ellos en los efímeros encuentros.
No estaré mezclado entre todos,
seremos mas individuales que personales en aquel infortunio.

Pero cuando en libertad disfrace de a ratos este cautiverio,
me iré con el viento lejos en mis pensamientos y cerca,
con este cuerpo que llevo.
El día cero de la cuarentena, el día uno del encierro.

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