FANÁTICOS QUE MATAN SUEÑOS

FANÁTICOS QUE MATAN SUEÑOS

EN MEMORIA A LOS MUERTOS EN LAS RAMBLAS

Aquel 17 de agosto, nos citamos en Las Ramblas

Me paré por el camino, te compré rosas blancas,

me acompañaba a tu encuentro, su fragancia.

Paseaba con mi poema y mis flores inmaculadas.

Aquel 17 de agosto, nos citamos en Las Ramblas.

Al torcer la esquina vi gente precipitada.

Pensé…, ¡algún juego se trata!

mas observaba caras desencajadas,

no entendía la angustia, que reflejaban.

Seguí caminando a tu encuentro,

a la cafetería que tanto nos gustaba.

Zigzagueaba a lo lejos, una furgoneta blanca.

Aquel 17 de agosto, nos citamos en Las Ramblas.

Me abracé a mis rosas blancas.

Un nudo se me hizo en mi pecho,

más anudado aún, en mi garganta.

¡Gritos, sollozos, llantos, sirenas,

muertos y silencios! todo se aglutinaba.

Yacían, cuerpos de padres, niños, jóvenes y viejos

En nombre, de no sé que Dios o profeta desbocado.

Aquel 17 de agosto, nos citamos en Las Ramblas

Acurruqué, en mi regazo a un niño,

junto a su madre muerta, lloraba.

Se tiñeron de rojo ¡mis rosas blancas!

Entre el dolor y la rabia, corrí a tu encuentro.

Llegué a la cafetería ¡tú, ya no estabas!

Habían encontrado tu cuerpo, en el café de Las Ramblas.

En ambulancia ¡al hospital partías!

tras una nube de polvo y luces,

¡para siempre, te alejabas!

Aquel 17 de agosto, nos citamos en Las Ramblas.

Al mirar las rosas blancas de lágrimas y sangre bañadas

perdí la cordura y ¡grité tu nombre mil veces!

un dolor torturador, me dominaba.

Golpes de dolor y más golpes en mis sienes,

me oprimían, el corazón y el alma.

Brotó en mí un gemido, tras él ¡el llanto y la rabia!

Fanatismos de ninguna fe, comprendo

de creencia sea ¡islámica o cristina!.

Ni de sexo, clase, bandera o raza.

Ni de poderes ocultos, que se me escapan.

Aquel 17 de agosto, nos citamos en Las Ramblas.

Deseaba ver tu sonrisa de ilusión franca,

al entregarte mi ramo de rosas blancas.

Olvidaron su color, pétalos y fragancia,

teñidas de sangre por aquella matanza.

Mi llanto lavó sus pétalos, recobrando su alba.

Fantasee, con tu “naricilla”, al inspirarlas,

y el brillo de tus ojos entornados, al acariciarlas.

Aquel 17 de agosto, nos citamos en Las Ramblas.

Postrado, ante tu tumba ¡te dejé, tus rosas blancas!.

¡Te fuiste por culpa del odio!, cuando tanto amor dabas.

Sin presagiar, que para tu entierro, eran mis rosas claras.

¿Por qué? aquel 17 de agosto, ¡nos citamos en Las Ramblas!

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LADRONES DE SUEÑOS

Languidez de deseos partiendo al rincón del olvido.

Necedad y desconcierto esperanzado.

Palidece, el tiempo que estuvo, hoy efímero recuerdo.

No están aquellos, que vivieron a mi lado.

Azabache es el horizonte y esmeralda en el recuerdo.

No, no duele no teneros, os tuve en otro tiempo.

Vienen a mi pensamiento, vuestra presencia.

Antaño, todo estaba cargado de sueños.

Esperanzas que murieron por entero.

Tendré, algún encuentro en mi memoria,

de aquellas risas e ilusiones y evocarlos

Mas tan inaccesibles están hoy como mañana y pasado.

Que mi alma contempla una visión ¡tan alejada!

de lo que pudo ser y nunca fueron.

Estar, existieron, incluso antes del nacimiento.

Desarrollaron en mi, infinitos deseos creativos.

Y en el mismo acto de ser, murieron.

Efímeros mis dibujos, como los hechos.

La vida me enseñó un camino en el espejo,

pero el reflejo, no corresponde a mi proyecto.

No se bifurcó el paisaje proyectado.

La elección era distinta, al acontecimiento.

Volví, una y otra vez a trazarlo de nuevo.

Me los borraron e impidieron, la llegada a mi puerto.

Anhelé alcanzar mis sueños ¡se quedaron en eso!

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LOS GOBERNANTES ¡NO LEEN… POEMAS!

Los poetas muestran con palabras,

entre estrofa y estrofa, en sus versos

miserias, injusticias, engaños, amor y desamor.

Creadores, optimistas de un nuevo mundo,

en una Humanidad en pura fragil decadencia.

Los dirigentes de miserias, ¡no leen poemas!.

¡Hecho sorprendente! de los que gobiernan.

¡Perturbados!¡ embaucadores sonoros ¡ ¡incultos!

que con pericias de poder buscan hambre y guerras.

Mas los poetas, abren vuestras armas estratégicas,

entre estrofa, verso a verso y poemas.

¡Dejad! la codicia y las bombas.

¡Analizad! Una prosa o un verso

De Machado, Neruda o Becquer

Unamuno , Alberti , Lorca u Ortega

¡Y mirad al cielo! ver el horizonte!

¡Contemplad! el atardecer enmudeciendo,

ante la oscuridad de la noche.

Y en la noche, ¡observad! el firmamento y sus estrellas.

¿Por qué? Queréis acabar con los ojos amantes de tal grandeza.

¿Por qué? con la palabra.

¿Por qué? con la música.

¿Por qué? con los versos.

¿Por qué? con los poetas.

¿Por qué? con la belleza

¿Por qué? con el color

¿Sólo queréis, muertos?

Muertos de hambre.

Muertos por odio.

Muertos por la raza.

Muerta la cultura.

Muerto el conocimiento.

Muertos por creencias.

Muertos por su género.

Muertos los niños.

Muertos los padres.

Muertas las madres.

Muertos los abuelos.

Muerta la tierra.

Muerto el agua.

Muerto el aire.

Muertos los árboles.

Muertas las ballenas.

Muerto el ruiseñor.

Muertas las gaviotas.

Muertas las rosas

¡Muertos, muertos, todos muertos!.

Vuestro armamento ¿resistirá?

Vuestro capitalismo ¿os vivificará?

Vuestra existencia ¿se eternizará?

Vuestra codicia ¿aumentará?

¿Entre muertos?

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