Trauma, deseo, amor, plegaria, mañana

Trauma, deseo, amor, plegaria, mañana

Severo Yol

08/09/2017

Qué bueno es amanecer

Y sentirse triste

Desde los primeros parpadeos.

Qué maravilloso es ver el alba

Y ya, llegando las seis,

Mientras los rayos solares

Tocan la puerta de las pupilas,

Sentirse uno vacío.

Sentirse como quien dice;

Presa de la necesidad de ser alguien,

De ser un auténtico hombre.

Aquel que no se ha sido hasta el hoy.

Ya va bajando la luna

Y el sol toma su puesto.

La pradera tiene en sus bordes

La brisa de la noche larga y oscura,

Los sauces sacuden sus filamentos,

Y el corazón, atado en su verso simple,

Grosero, miserable y despreciable tono,

Sólo se atreve a despertar al cuerpo

Más no al alma.

Por lo menos puedo decir,

¡qué bueno es amanecer

Y existir a la intemperie de un deseo de amor!

Qué maravilloso es querer ser libre

Como el alba,

Que llegando las seis,

Ya tiene miedo de morir

Con las pupilas rotas,

Con un alma desierta

Que ha callado,

Que ha fenecido noches y noches.

Presa de la necesidad de ser alguien,

De ser un auténtico hombre.

Aquel que no se ha sido hasta el hoy.

Como anhelaría que una esencia dulce

Viniera y se adhiriera a la mía.

Me clausurara los inviernos,

Me avivara la esperanza

introduciendose en mis venas,

En mi mente, en mi hambre de amar.

En mi pecho herido de muerte,

En la herida que mana miseria

Y que conlleva la marca de mi error.

Ya va bajando la luna

Y el sol apenas y se despliega.

El fin de semana se asoma,

Las calles se iluminan al compás de la luz,

Los gusanitos empiezan a merendar

Y mi corazón, atado a una muerte latente,

Tienta con despertar al alma

Y sus infinitos abstractos,

Más que al cuerpo.

Es que tengo miedo de ser lo que soy

Y no ser lo que en realidad siempre fui.

Pero amanece

Y la tristeza no se presenta,

Y el dolor se muda

Y el vacío es vil

Y el amor, el amor no resucita.

Como desearía que la vida amorosa

Viniera y me rompiera el corazón.

Me vendara el cerebro,

Me inspirara fe

Introduciendose en mi espíritu,

En mis caminos retorcidos,

En mis días quebrados y sin visión de bondad.

En mí, en mí, en mí…

Ya sigue bajando la luna,

La madrugada me ha alcanzado

Y yo, yo quiero huir

Y no ser lo que he sido.

Ojalá amaneciera y fuese yo triste.

Fuere, no tan yo.

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