Para leer lento.

Para leer lento.

Nathalia Islas

22/08/2017

Hace un tiempo de ese tiempo de las esperas, los asares y el encuentro.

Hace un tiempo deje de cantar en tu boca, de bailar en tu ombligo, de no contar las horas.

Hace un tiempo deje de ver tus ojos de tan cerca que podía ver días nuevos, colores, razones y un pasado que a veces arrastraba.

Hace un tiempo de tu piel canela, dulce y condimentada, de tus manos de sol y tus uñas de sal.

Hace un tiempo del aliento que sale por tu boca y que yo saboreaba, de tu pecho amplio y su exhalación violenta.

Hace tiempo de tu lengua delfín en océanos de mareas altas nocturnas.

Hace un tiempo de los días y las noches en la recamara al ras del piso y de un amorío musical, armonioso cómo ritual.

Hace un tiempo de tus historias, viajes, pérdidas y nostalgias. Hace un tiempo de tu disfraz.

Hace tiempo de entre las bugambilias bajo el cielo y una vaga promesa, de más espinas que rosas, de fuegos encontrados y del silencio cuando estos se apaciguaban.

Hace un tiempo también de las cenizas y hace poco que eche cal.

Hace un tiempo que ya no te busco, y el aire no huele a ti ¿te fuiste?

Recuerdo tu espíritu liviano y al viento soplado, como un diente de león.

Recuerdo cuando tu sombra no estaba más cerca que yo, cuando la lluvia mojándote no se sentía tan cerca como yo,cuando élviento se entremetía en tu ropa era yo.

Recuerdo como con mi dedo seguí el camino rojizo de tus labios, dibujándolos vagué lento, despacio, con cuidado, como a una fruta madura para no dañar su piel, los sentía cosquillear las yemas de mis dedos y eran de luz, tal vez por eso cerraba los ojos.

Recuerdo tu voz barítono y viviente, aun me despierta su eco, recuerdo tu abrazo como una luna menguando y yo ahí dándome cuenta… mujer lobo.

Recuerdo la mirada triste de tus ojos ese día, y yo pensando: no este día, no aquí, no ahora, que no lo querías así realmente. Los dos mirábamos el mismo cielo nocturno y fingíamos que el sol no saldría. Estar juntos una noche más en algún lugar, de alguna forma.

Recuerdo cuando sin buscarnos, sin reconocernos, que limpios los días lejos de ser amantes.

Recuerdo tantas cosas, te recuerdo de tantas formas alebrije.

Hoy de vuelta atrás donde a veces estas.

Hoy la estorbosa melancolía valiente, latiente, pendiente y sensible. Por qué a veces solo me ha quedado tu partida.

Hoy, ya olvidado lo que no sería, en el reencuentro que tengo contigo y en este lugar.

Para Alfonso,
Junio 2017.

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