La mañana es gris y fría, igual que tu mirada aquel día en que decidiste partir sin certeza de regreso. Aún recuerdo tus ojos humedecidos, los cuales sin palabra alguna se despedían de mí. Es la mañana tan triste, como mi corazón que aún sufre por el recuerdo cálido de tu presencia. Si, un recuerdo que aunque duele se va desvaneciendo, pero… Cierro mis ojos y veo tu silueta con esos grandes ojos color café que tanto añoro, café como lo único que me calienta y me consuela en momentos como estos, momentos inundados con el anhelo de volver a ver esos bellos ojos color café.


Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS