Se venden principios

Se venden principios

Alicia Valiente

30/05/2020

“Se venden principios. No te lo pienses más y llámanos” rezaba el anuncio. No era la primera vez que lo veía: en el periódico, en la tele, en las paredes cubiertas de anuncios buscando compañeros de piso… en los sitios más inesperados. Pero ¿cuándo habían comenzado a aparecer esos carteles? ¿Se trataría tal vez de la jerga profesional de algún sector desconocido? Quizás, después también se venderían los “finales”. Se dijo mientras esbozaba una sonrisa disimulado como premio a su pobre sentido de humor. Decidió dejarlo de lado. Probablemente era una coincidencia a la que le estaba dando demasiadas vueltas. Pensó que, tal vez, los años la estaban transformando y su mente fallaba a favor de un mundo de fábula conspiradora, donde todo era factible.

Al cabo de unos días volvió a ver el mismo letrero en la fachada de una casa de la gran avenida. No podía creerlo. Se extendían más rápido que las tiendas de paquistaníes y los bares chinos en la gran ciudad. En esta ocasión, el letrero decía: “Próxima apertura. Encuentra tus principios de la mano de los mejores profesionales. No lo dudes. ¡Únete a nosotros!”. En la parte inferior del anuncio había un número de teléfono, que no dudó en anotar, marcar y esperar por el tono de llamada. ¡Qué tontería! Seguro que se trataba de una forma de ganar adeptos para alguna nueva secta urbanita o simplemente un reclamo para vender algún manual “salvavidas” que acabaría destrozando las mentes de aquellos más ilusos que pensaban encontrar la solución a sus males en un bestseller de autoayuda.

Todos estos pensamientos surcaban su mente mientras escuchaba la melodía de espera, ya que una vocecilla chillona le había indicado hacía algo más de 30 segundos que todas las líneas estaban ocupadas. ¿Habría más de una? se preguntó sarcásticamente. En ese momento la voz grave de un chico la despertó de su ensoñación: “Gracias por llamar a principios No limits. Mi nombre es Iván ¿cómo podría ayudarle hoy?” tardó un poco en reaccionar e Iván impaciente insistió: Hola ¿hay alguien? Ella respondió alto y claro: Sí Iván, llamaba porque estaba interesada en conocer un poco mejor los servicios que No limits ofrece ¿a qué os dedicáis concretamente? Iván respondió encantado al oír la pregunta: En primer lugar principios No limits quiere agradecerle de nuevo la confianza depositada. La empresa, de implantación reciente en Europa y últimamente en España, aspira a cubrir un vacío en el mercado, para darle sentido legal a una práctica milenaria. ¿Y cuál es esa práctica milenaria? se preguntará usted. Pues ha dado en el clavo, “la compraventa de principios”. Nuestra empresa se dedica a asesorar y orientar a sus clientes en un campo tan rico y complejo, como el que tratamos, para que estos últimos puedan tener una vida placentera, donde sus principios estén asentados y así poder dedicarse de lleno a aquello que más les guste sin remordimiento ni quebraderos de cabeza.

“¿Cómo? ¡No entiendo naaaada!” Dijo ella en un tono plagado de acritud. Se sintió un poco avergonzada pero la frase le había salido del alma. “Me disculparás Iván, pero no sé a dónde quieres llegar con todo esto. ¿Me intentas decir que en principios No limits (¿es así el nombre?) Vendéis principios “morales”? ¿Tiene eso sentido alguno? Si no creo que me he perdido hace mucho…” “Sí señora, técnicamente es así. Representamos a las grandes instituciones de toda la vida: religiones, partidos políticos, organizaciones sociales, usos y costumbres de cada parte de este mundo… Así pues, con el paso del tiempo, hemos pasado a representar grupos urbanos, marcas de ropa, grandes corporaciones, etc. Le explico, para que me entienda mejor: hemos creado una serie de perfiles basados en los principios más comunes de la población local. Aunque si el cliente se siente identificado con principios de otras culturas y lugares podemos proporcionárselos incluso en otros idiomas. Como le decía, cada uno de estos perfiles engloba las aspiraciones de un grupo social, así que simplemente tiene que decirnos a cuál le gustaría pertenecer y nosotros le daremos un curso orientado a adquirir las ideas y comportamientos básicos de ese grupo. Para que lo vea más rápidamente le pondré un ejemplo que a mi parecer es perfecto: las religiones son un top ventas desde hace años. Todos sabemos que estos grupos sociales destacan por hacer alarde de unos principios firmes y asentados basados en la generosidad, la humildad, la caridad, etc. ¿Qué le parecería si le dijera que usted puede ser uno más y permanecer inmune a cualquier crítica o comentario que pueda hacer tambalear sus creencias? ¿No pagaría por no dudar nunca más de lo que es bueno o malo? ¿De lo correcto o incorrecto? Es decir: ¿no pagaría por tener la certeza de estar haciendo siempre lo adecuado?”

La chica no podía creerlo y espetó una contestación rápida y contundente: “¡Ni de coña! ¿Me estás diciendo que gracias a vuestros cursos podría pertenecer a uno de estos grupos? ¿Y qué me resbalaría lo que los demás dijeran? ¿Qué a base de lavado cerebral creería en los principios que vuestra empresa ha tejido a su antojo para hacerme parte de una tribu “animal” y así no tener que pensar más? Pensé que eso ya lo hacía casi gratis la tele, el periódico y los demás medios de comunicación ¿no Iván? Creo que con el aluvión diario de información que recibimos, la educación en casa, en el colegio, en la universidad, el trabajo, etc. ¡Es suficiente! ¿No te parece que a través de todo eso nuestra conciencia ya ha sido lo suficientemente moldeada y transformada al capricho de otros?”

Iván, cansado de ser incomprendido por su interlocutora, suspiró, para más tarde, con los pulmones cargados de aire fresco y armado de paciencia, explicarle algo que a su entender era más que evidente. “Discúlpeme señorita, pero me parece que infravalora el alcance de nuestra propuesta. ¿No se da cuenta de las cotas de éxito que este producto puede llegar a alcanzar? De hecho no lo comercializaríamos si su resultado no estuviera demostrado. ¿Cómo cree que los partidos políticos consiguen tantos adeptos? ¿Cómo cree que se adoctrina a las juventudes, de izquierdas y de derechas? Estos movimientos llevan detrás una fuerte logística y lo que la persuasión no alcanza principios No limits lo sobrepasa. Creo que ya me entiende ¿no? Principios No limits es el futuro del marketing y la publicidad.

Ella con la piel erizada ante tan aterrador descubrimiento no pudo hacer otra cosa que enmudecer. La ficción tomaba forma delante de sus narices y se sentía protagonista de una película de ciencia ficción, “They live” se quedaba en pañales ¿Debería pagar por un curso de principios No limits y olvidarlo todo?

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