Fue una tarde de aquellas en que solíamos sentarnos a mirar el cielo y contar las nubes clasificándolas por forma y color, claro que esta vez, había algo diferente en el inmenso cielo que nos rodeaba, sonaban las campanas de la vieja iglesia cerca de la plaza donde solíamos jugar y pasar horas y horas relajándonos, que tiempos aquellos de la infancia recordada, hoy nada es como ayer la tecnología nos ha llevado a perdernos horas y horas en un mundo virtual y no apreciar los momentos mágicos que pasan a nuestro alrededor.

Fue así que me di cuenta que ya no estaba en el lugar donde crecí y compartí por tantos años con muchos amigos, estaba en otro tiempo y en otro lugar a mas de mil kilómetros de distancia, solo el azul del cielo me hacia pensar que estaba en casa nuevamente. Seguir mirando por horas el cielo y por horas vi como cientos de aviones surcaban el cielo trayendo y llevando personas a viajes infinitos, viajes de placer, viajes de negocios, o simplemente viajar por viajar, pero cada uno de ellos a varios cientos de kilómetros de su hogar, así como yo quien en un punto de esta tierra mirando al cielo estaba lejos de mi hogar, pasaban las horas y el cielo empezaba a tornarse de otros colores a tomar colores anaranjados que luego se volvieron color bronce.

Que es esto pensé, sera algún truco del universo para hacerme olvidar mi deseo de volver a casa o tal vez algo mágico para hacer de ese lugar mi segundo hogar, no lo se solo se que me quede impactado de tal acontecimiento, recuerdo que corrí y también que caí un par de veces por ir mirando ese cielo de bronce que me llamaba a unirme a el en el infinito, recuerdo que le gente me observaba y pensaba que estaba algo lunático porque recuerdo que comencé a dar voces diciendo han llegado han llegado, y nadie comprendía lo que decía, solo yo.

Pasaron las horas y el cielo seguía así de ese color de bronce y un aroma que recordaba de mi tierra lejana junto a mis seres queridos, recuerdo haber llorado y al mismo tiempo estar feliz, las cosas a cada momento cambiaban y yo solo veía ese cielo que de alguna forma se mantenía de ese color bronce.

La gente comentaba que un echo similar había acontecido hace unos diez años atrás la misma fecha en que yo había llegado, me extrañó demasiado la coincidencia, pero seguí mi camino seguían pasando las horas y aun estaba el cielo de ese color, fue en ese momento que se oían voces mas allá de las nubes, y susurraban mi nombre. Que será esto pensé por que me llaman a mi precisamente a mi, tal vez era una coincidencia me pregunto cuantos tendrán el mismo nombre que tengo yo, lo cierto que esa voz también me resultaba familiar.

Ya para ese momento había un caos por todos lados la gente corría despavorida, dejaban de hacer sus trabajos y corrían por todos lados, yo cada vez mas inquieto, no sabía que hacer así que comencé a correr junto con ellos, fue tanta la desesperación que me golpearon fuertemente y caí inconsciente al suelo, no se cuanto tiempo paso, solo se que cuando desperté recordaba todo desde mi infancia hasta ese momento que me quede fijamente mirando el cielo de color bronce, y resulto ser que yo era un viajero intergaláctico que venia desde otro planeta muy similar a este con gente muy similar a este con la diferencia de que en mi planeta la tecnología es tan avanzada que avanza sola y nos deja vivir libremente sin depender de ella podemos compartir momentos en familia mirarnos a los ojos y vivir.

Ah por cierto el cielo estaba de bronce porque me venían a buscar todos mis amigos y familiares en naves voladoras ahora contemplo el cielo junto a ellos en mi precioso planeta Calcetin.

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