Entró a aquel bar y pidió mesa para uno
– un café solo, por favor-
Antes había pedido habitación doble
con cama para dos,
para poder dormir abrazada a la soledad,
entre las sábanas frías,
porque hasta el momento,
había sido la mejor compañera de cama
que había encontrado,
nada la sorprendía ya,
demasiadas decepciones,
demasiado daño,
demasiado atípica,
vivía en un mundo lleno de copias,
que a veces parecía que se le atragantaba,
donde importaba más ponerse bonito por fuera,
que por dentro
por eso escribía
por necesidad
y por eso prefería estar sola.
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