Nunca lloverá al gusto de todos
Siempre, de algún modo,
Habrá un pero chirriante,
Un gesto de incomodo
Qué precipite querellas
Y dispare los enojos.

Tergiversados malentendidos
provocan el desconcierto,
Disgustos no pretendidos
que te pellizcan el pecho.
Mejor dejar en barbecho
Cualquier acto discordante
O atajarlo en el momento.

Nadar y guardar la ropa,
Se me antoja complicado.
No es fácil mimetizarse
Y encajar en todos lados.
Lo que a unos les agrada,
A otros produce sonrojo.
Solivianta o rebela,
cuando faltan la empatia
la elegancia o el decoro.

Agradar a los demás
Es loable pretensión,
Pero hay un límite sensato.
Cambiar como camaleón
Para encajar como un zapato,
No es recomendable para la salud
Y acabarás pagando el pato.

El ser humano es egoista,
Lo es por supervivencia,
pero a veces hace un esfuerzo
para suavizar la convivencia.

El único egoísmo aceptable,
Como dijo Benavente,
es el de procurar
que todos estén bien
para estar uno mejor
que toda esa agradable gente.

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