Un rinconcito llamado Bar

Un rinconcito llamado Bar

Sara Ibáñez

06/06/2016

El lugar dónde nos bebemos las alegrías y las penas. Sitio de reunión, comidas y celebraciones. Donde compartimos, soñamos, mantenemos largas conversaciones y nos enamoramos. Sitio de debate y discusión, ideal para estar un rato a solas. Para leer, para privar. El lar por excelencia para ver un Derby o un Madrid-Barça. Idóneo para una primera cita… o  la última.

Para cualquier asunto… ¡Nos vemos en los bares!

Pero lo que sí hacemos siempre en los bares, es brindar. Siempre brindamos.  No son necesarias excusas para ir a un bar, o también, cualquier excusa es buena para hacerlo.

Detrás de la barra, las circunstancias se tergiversan. Y  toda aquella persona que haya trabajado detrás de una, estará de acuerdo conmigo.

Ser camarero, no es para nada sencillo. De hecho, empecé a trabajar de camarera pensando que era dinero fácil y que podía hacerlo todo el mundo. ¡Pobre Ilusa e ignorante!

Pero este oficio también tiene sus cosas buenas:

-¡En un bar te ríes! ¡Porque sí! A un bar, vamos a pasarlo bien, y colecciono un gran repertorio de chistes, ¡gracias a trabajar de camarera!

-Si eres ahorrador ¡Enhorabuena!! No vas a cobrar mucho, ¡pero ahora viene el lado positivo! Como trabajas todos los fines de semana, festivos, navidades, semana santa,  agosto y miles de puentes y trabajas siempre, siempre, aunque tengas un brazo roto, ciática, fiebre, pinzamiento lumbar y dislocamiento de cadera que ni el Juancar… y  además…. Haces de los lunes  tus sábados, cuando el resto del mundo normal no hostelero se gana su pan… ¡¡No tendrás que gastar un euro más del necesario en tu vida!! ¿Ir a la moda? ¡Eso es cosa de administrativos! ¡Nosotros con 2 pantalones negros y 3 camisas blancas tiramos millas! ¡¿Qué no es genial?!

-Aprovechando el punto anterior… ¡Hacer de cualquier día tu sábado! Durante unos 10 meses, libré solo los martes… Los apodé los Martes Locos… Los martes del Telepizza eran cuerdos comparados con los míos.  ¡Qué locura! ¡Qué Alboroto! ¡Otro Martes Loco!

-¿Siempre has querido bailar encima de una barra a lo “Bar Coyote”? ¡No te cortes! ¡Es tu oportunidad!

-¡Tu madre estará encantada cuando seas capaz de quitar toda la mesa de una! ¿Y no es una enorme satisfacción el saber que haces feliz a una madre? Aunque solo sean los 3 segundos y medio que tardas en recoger la mesa… Ese sentimiento de orgullo materno,  ¿no es sencillamente gratificante?

-Dicen que próximamente convalidarán la carrera de psicología con 4 años de hostelería. ¡¡Esos birretes arriba!! ¡¡Licenciados!!

-¡Propinas! Dinerito que te dan de extra por ser simpático y atender bien a la gente. Dinerillo que te fundirás tú mismo el próximo Martes loco, en unas cervezas o algún caprichillo, porque sí, porque te lo has ganado. Existen ocasiones en las que atiendes a mesas de 10 o 15… y no te dejan ni un mísero céntimo… Los has tratado como reyes, servido 80 vasos de agua, el filete a que lo pasen más a cocina, cambias la fanta de naranja, que resulta la quería de limón, llevas 3 coca colas, y te piden una más según llegas, porque 30 segundos antes no tenía sed, ya pierdes la cuenta de los 30 o 35 paseos que te pegas a la mesa, encima les invitas a un chupito y cobras por separado. A esos… A esos habría que lapidarles, pero siempre desde el cariño de camarero, y con una gran sonrisa ¡Muchas Gracias! ¡Buenas noches! ¡Vuelvan cuando quieran!

-¡No es necesario que vayas a un gimnasio! Entre las horas que estás de pie, cuando no corriendo, cargar cámaras y cambiar barriles ¡Lucirás un cuerpazo de infarto! ¡La operación bikini, la inventó un administrativo! Camareros 2 –  Administrativos 0

-Si estás solter@, ¡¡Enhorabuena de nuevo amig@ camarer@!!! Lo seguirás estando porque nadie va a esperarte de martes a domingo hasta las 3 de la mañana a que llegues a casa, pero oye, ¡¡trastos te van a tirar y pretendient@s no van a faltar!! ¡¡Ni los tronistas de Hombres, Mujeres y Viceversa!!¡Es su día de suerte, amig@ camarer@!

Siendo serios para terminar, me llevo momentos buenos, conocimientos de coctelería, historias y risas, preparo unos maravillosos cafés y me encanta ver a la gente sonreír al dibujarle un emoticono de chocolate sobre la crema del café, pero sobretodo, me llevo personas. De las que he podido absorber y aprender, cruzándose de una forma tan fugaz en mi camino, como los minutos que uno tarda en tomarse una cerveza o un té.

Un camarero debe mantener la compostura, contar hasta 25 cuando le sacan de quicio, saber estar, saber tratar y llevar a las personas. Aprender a leer miradas y gestos, empatizar con todo aquel que se acerca a la barra a pedirte un trago, algo de comer, cambio para tabaco o cualquier licor a cambio de unas monedas y rato de conversación.

Detrás de una barra conoces gente buena, haces amigos, eres testigo mudo de problemas de ludopatía y alcoholismo. Ves parejas y rollos de una noche. Gente solitaria que se refugia en whisky y chupitos de tequila. Jóvenes en busca de juerga y  Jagërmaister. Galanes, chulos y egocéntricos. Enamorados de la vida. Hippies y policías. Forofos futboleros. Despedidas de soltera. Gente humilde, inteligente, gente con ganas, otros sin sueños. Gente pesada, gente corriente, alguien especial. Personas y personas, montones al cabo del día. Y Cada uno, diferente.

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