TRANSFORMANDO
1998: Se crea Google, internet se paga por minutos. “España va bien” pues la burbuja paga la fiesta. El capitalismo financiero mundial saca pecho y las ONG crecen y se multiplican para paliar la desigualdad. La calle se conforma en su opulencia.
Tres personas crean una empresa para transformar la sociedad: Transformando. Quijotesco, una empresa para pobres no funcionará, pronosticó un hermano. Una cooperativa, poco fashion en la España de la postmodernidad y el pelotazo. ¿Empresa sin lucro?, ¡no puede ser! dijo el funcionario del registro, la ley ni lo recogía aún.
Los años de esfuerzo e innovación social en Transformando dan su fruto: crecimiento del equipo, cooperativa sin lucro, emprendimiento social, inmigrantes emprendedores, evaluación de proyectos sociales, lanzadera, consultoría social, formación con vídeos, microfinanciera para personas excluidas, trabajo en Cañada, proyectos europeos, creación de asociaciones de inmigrantes, facilitación de encuentros, ONGconCalidad, Economía Solidaria… inspiración e impacto para muchas personas e instituciones.
Estrés, sobre-esfuerzo y errores de gestión no impedían la felicidad laboral. ¡Un trabajo con sentido!, el sueño parecía alcanzado …
2010: la crisis mundial arrecia, estalla la burbuja inmobiliaria, cambio del artículo 135 de la Constitución. Ahora sí. Los recortes y el cierre de fundaciones y Cajas laminan el sector social. Las calles despiertan.
Las cinco fuerzas de Porter se cumplen como los cinco jinetes: clientes, sustitutivos, proveedores, nuevos y viejos competidores. Los precios retroceden quince años y los ingresos se esfuman. Vender cada proyecto se vuelve agotador. Traslados continuos de oficina, en un juego angustioso de cometerrenos. Insomnio por el futuro, por los errores cometidos y las oportunidades perdidas. Las formalidades pendientes se vuelven pesadillas, la autoestima cruje. ¿Qué hacer? todo parece inútil, momentos muy duros. Intentamos el salvavidas del ERTE, pero no convenció a los náufragos y cada persona construyó su propia balsa. Una desilusión sobre la convicción en la cooperativa.
2016, La crisis se enquista, un tercio de la población en exclusión. La corrupción asquea a una sociedad empobrecida. El capitalismo respira de nuevo y la troika presiona para recuperar sus deudas. En un nuevo marco político esperanzador y confuso, el sector social se reconvierte y la calle se relaja, esperando un cambio desde arriba.
Transformando sigue, tocada, pero no hundida. Ahí seguimos, luchando. Caminamos para encontrar nuevos caminos, nuevas gentes, diferentes esquemas de trabajo, reciclamos los saberes y las formas. Nada es fácil, pero algo asoma. Son momentos de recrear comunidad, de cuidar cada paso, de aplicar los aprendizajes.
Ahora sabemos que todo es más complicado y que las respuestas deben ser más elaboradas, que la esfera personal y emocional debe ser más cuidada, que hay que cambiar fuera y dentro al tiempo, que nada está ganado y el trabajo en red no es una opción. Hemos confirmado que la empresa social es una necesidad. No estamos solos.
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