Montevideo 31 de marzo de 2016.

Cuento: Las Hormigas Negras.

En el patio del vecino, hay un rosal.

Ya corté sus ramas tipo víboras que se alargan por mi casa, y en  mi  función de poda, me espiné hasta más allá de la piel.

Las hormigas negras, hace tiempo que las he visto deambular, incluso cruzando la calle principal que se denomina Carlos María Ramírez.

Nunca supe el porqué de asumir tales riesgos todo un hormiguero, y/o parte de él, al cruzar dicha arteria.

Luego de una ventolera, mi patio, cambió de color.

Miro, y veo hormigas negras, llevando los pétalos, como cargados al hombro, y se bamboleaban de lado a lado.

La pregunta es hasta un poco tonta: ¿Dónde irán con los pétalos?…

Veo, que ya en una fila organizada, continúan por los techos de los vecinos, sin importarles para nada la propiedad privada.

El cementerio de La Teja, está al norte de Carlos María Ramírez, y cada mañana cuando paso por su puerta, hay gallinas negras degolladas que están sobre el mármol blanco de su entrada.

Al llegar de regreso, veo sorpresivamente, a las hormigas negras cruzando la avenida, justo por una canaleta que se formó entre los dos paños del piso de Pórtland gris.

¿No terminaba aquella procesión de hormigas negras, con un pétalo cada una en un hormiguero?…, ¡Y que además yo suponía estaba situado en la misma manzana donde yo vivía!…

Nunca  pude lugar del asentamiento del hormiguero. Mi imaginación me llevó que vivían al norte.

Crucé entonces, y las perseguí. Llegué al deteriorado cementerio, viendo que ingresan a un panteón que no tiene el mármol, y que era la que oficiaba como lápida, ahora faltante.

El panteón tenía una leyenda: ´´ El hormiga´´ 13.05.11.

Me allego a la boca misma, por demás oscura y veo gracias a un rallo de sol, que en el fondo se podía percibir entre penumbras, una cavidad ocular, -en cuyo cráneo permanecían unos pelos negros enrulados-, repleto de pétalos jaspeados. Resultaba una máscara, con ojos como de fuego. El olor era típico al de colonia de rosas.

Pasados unos meses, un vecino me comenta: ´´ Vio que falleció el vecino de la media cuadra al sur de donde Usted vive, a mediado…, por el mes de mayo ´´

Ha esto le dije que no, que ni siquiera lo conocía, pero que sabía que le decían ´´ La hormiga ´´. 

¡El Hormiga!, me repara. ¿Y no sabe el porqué?…me pregunta, para intrigarme.

Entonces me afirma: ´´ En el fondo de la casa tenía el mayor hormiguero de las negras de toda la zona de La Teja.

Han pasado tres años, y en aquella casa donde vivió el Sr., ´´ El Hormiga ´´, hay una mujer y un niño de muy poca edad, vendiendo ramos de pensamientos a precios módicos.

Logro mirar como buen curioso vecino por un boquete que hay en el muro de bloques, que el terreno, está repleto de pensamientos multicolores.

Calle: CARLOS MARÍA RAMÍREZ    Fin       

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