Estaba listo para un viaje mas, mi esposa ya me había dicho varias veces que esto ya se había vuelto una adicción:
-Tus hijos te necesitan-me dijo con una mirada perturbadora.
-creo que ya tienen la suficiente edad para estar solos-afirme.
-Tienen 8 y 9 años-contesto-no quiero que mis hijos crezcan sin un padre.
-Este sera el ultimo viaje- dije mientras sujetaba mis maletas-te lo prometo.
-no cruces esa puerta- me grito con lagrimas en los ojos mientras mencionaba mi nombre- ¡Otto Perce Bullock, no te vayas, te lo suplico!
Al final cruce la puerta sin decirle absolutamente nada, tome el coche y lo eche a andar, llegue al aeropuerto, de pronto un viejo se me acerco y me dijo:Al parecer eres un viajero- me empezó a mirar mientras me picaba con su bastón- ¿te gustaría un viaje nuevo e increíblemente fantástico?, solo sígueme, si no lo deseas no lo hagas.
Estaba apunto de decir algo pero me hizo callar, el viejo avanzo y me dispuse a seguirlo, llegamos hasta una zona desierta, al parecer era del mismo aeropuerto, había un solo avión que aun servia, tenia grafitis por todos lados, el viejo subió y se puso en la cabina del avión.
-Ve a sentarte, yo conduciré, duérmete un rato y en cuanto despiertes ten por seguro que ya habremos llegado.- dijo al mismo tiempo que se ponía el cinturón.
-¿Esta seguro que puede solo?, se supone que debe de haber un copiloto y demás-pregunte.
El anciano no me respondió así que me fui a sentar, poco después me quede dormido, no supe cuanto tiempo dormí pero en cuanto desperté fui a ver a la cabina, pero no encontré a nadie solo vi una nota:
Te quedaste demasiado tiempo dormido así que me retire, explora todo lo que quieres, cuando quieras regresar a casa solo llámame : 3214.
No entendí muy bien su nota y estaba muy confundido pero salí a explorar, parecía una selva común y corriente pero poco a poco me di cuenta de que no era así, camine un poco mas y de pronto vi a un mono, era obvio que era un mono araña, durante mis viajes había visto demasiados, normalmente dibujaba cada cosa o animal que encontraba pero ya había dibujado demasiados, estaba apunto d retirarme de esa zona pero de repente el mono volteo su cara, tenia 5 ojos, se paro completamente y por lo que vi tenia 8 colas, en ese instante sentí un miedo terrible una sensación corría por todas mis venas pero me negué a irme, saque lápiz y papel y termine dibujándolo, seguí inspeccionando, vi muchos animales realmente raros, incluso vi a una vaca volar sobre mi cabeza, probablemente estaba soñando pero me pellizcaba y seguía ahí, al parecer hay cosas que realmente son probablemente imposibles pero que si pueden ser posibles, no había explicación para aquello que veía, las cosas imposibles se hacían posibles, era realmente increíble, cada animal que veia lo dibujaba hasta que me dio hambre.
Vi unos frutos en unos arboles y decidí ir por ellos, el árbol no estaba tan alto así que los pude tomar fácilmente, los frutos que habían eran manzanas, era imposible encontrar manzanas en la selva pero yo si las encontré, habían todo tipo de arboles y frutos, le di una mordida a la manzana pero me supo a pera, no le tome mucha atención, segui avanzando hasta que encontre a un animal a un mas extraño que los demas, era un unicornio, quede sorprendido y lo dibuje en ese momento recordé a mi pequeña hija Mariana, a ella le encantaban los unicornios.
Mi esposa tenia razón, había olvidado a mis hijos, corrí hasta al avión y volvía ver la carta que el anciano me dejo, No había absolutamente nada de lógica en esa carta, como tampoco lo había en las demás cosas, busque la manera mas imaginativa para poder salir y recorrí una y mil veces el avión hasta que encontré un boton con el numero 14 y al lado otro segundo botón con el numero 32, aprete el segundo boton y despues el primero, los números concuerdaban y funciono, de la nada apareció el anciano.
-Sujetate que ya nos vamos- dijo.
Me volví a sentar y otra vez quede dormido, desperté en el mismo lugar en el cual despegamos, abri mi mochila y sin ninguna duda ahi estaban los dibukos que habia echo, regrese a casa y abraze a mis hijos, les conte la gran aventura que tuve y decidi quedarme en casa durante un largo tiempo.
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