NO ME LLAMES MAMÁ

NO ME LLAMES MAMÁ

milada bird

05/01/2016

Image11.jpgImage21.jpg

Nunca nos hicimos una foto las tres. Aunque soy feliz porque tengo una foto con cada una. Tal vez, ser capaz de integrar esa dualidad ha sido lo que ahora nos otorga el nombre de familia.

Cuando eres una niña amas por naturaleza, por vocación. El rencor viene después. Abres los ojos y la vida empieza a bailar delante de ti como si hasta entonces hubiese permanecido inmóvil. Te haces adulta con la rabia en las entrañas y un puño como escudo.

Los resquicios de ira todavía aparecen algún día sin avisar, para salpicar a aquel que ose preguntar qué tal. El caso es que todo fue de maravilla hasta que tuvimos que poner nombre a las relaciones. Ese fatídico punto de inflexión.

No hay mayor placer que el de seguir siendo niña, a veces. Cuando eres niña no importa quién, en qué instante, decidió poner nombre a las relaciones y fue aceptado por todos. 

¿Y qué más da si te quiero llamar «mamá»?

Hay un instinto dentro de nosotros que grita “mamá” cuando siente dolor. Y cuando no, también. Tu tristeza, ahora lo sé, siempre fue ese grito constante.

No hay amor más grande que el que no puede ser perpetrado. Y tú de amor, entiendes un rato. Sobre todo por tener el coraje para repetirme una y otra vez: ¡No me llames “mamá”!

FIN

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS

comments powered by Disqus