La rebelión de la vida. (Sociedad: vida cotidiana en el futuro).

Cinco profesionales de la sanidad pública han sido imputados por encubrir al cirujano que falsificó el parte de esterilización de Alberto Carranza.

El 25 de abril de 2050 los vecinos de la localidad de Monte Pinos denunciaron a las fuerzas de seguridad locales la supuesta existencia de un bebé sin registrar en el sistema.

Inmediatamente después de que el bebé ilegal fuera descubierto, pasó a disposición del estado. En apenas unos días se hizo pública la noticia de que el padre de la criatura era Alberto Carranza; individuo que no pasó el test para ser padre.

El acusado suspendió el test de paternidad obligatorio hasta tres veces antes de que se ordenara la esterilización obligatoria por ley para todos los que no fueran aptos para ser padres y se le adjudicó el derecho a tener un bebé robot. Unos meses después, un equipo médico practicó la intervención. Sin embargo, la existencia del niño humano demostró que esa operación nunca se llevó a cabo.

Carranza declaró en el juicio no ser consciente de que la esterilización no se realizó hasta que su mujer se quedó embarazada. Aún se investiga el móvil del cirujano y su supuesta relación con el acusado. La fiscalía acusa al médico de transgredir la ley de paternidad exclusiva y pertenecer al movimiento ilegal «padre humano, bebé humano».

Según la teoría de la fiscalía, el profesional habría colaborado con Carranza. Hace unas semanas, descubrieron la existencia de un grupo de radicales pertenecientes al mismo movimiento que el cirujano. Estos se encargaban de encubrir a la familia del bebé al mismo tiempo que saboteaban las instalaciones de la varias fábricas de bebés robots.

Este caso reabre un viejo debate interrumpido hace unos meses con la puesta en vigor de la ley de paternidad exclusiva. Cada vez son más las personas que cuestionan la legitimidad del test y reclaman el derecho natural del ser humano a tener descendencia también humana.

Por el momento, la madre, que sí pasó el test, ha pedido la tutela provisional del bebé humano y la custodia del bebé robot que adjudicaron a su marido.